Ponerse en forma es un proceso que se sostiene sobre dos pilares: la práctica de ejercicio constante y una alimentación sana y equilibrada. Si descuidas uno de esos dos aspectos, será más complicado que consigas ese objetivo. Y lo cierto es que es muy fácil despistarse, especialmente en la comida. Como la idea es que tú no desfallezcas, a continuación te comparto tres bebidas que debes evitar para estar en forma.
Están buenísimos, no te lo pongo en duda, pero tanto los helados como los sorbetes entran en la categoría de falsos alimentos. Al menos lo que son de producción industrial, ricos en grasas azúcares a través de sus cremas. Para más inri, y dejando de lado su contenido calórico, no aportan ningún nutriente que merezca la pena reseñar.
Si realmente eres un fan de este tipo de bebidas ¿te has planteado la posibilidad de hacerlas tú mismo? Como en el caso de los pasteles, no hay nada mejor que lo que se hace en casa (y lo más importante, también sano). Tú mismo puedes hacer riquísimos helados de frutas libres de todos los azúcares y grasas que contienen aquellos otros industriales.
Cuando aprieta el calor, tomarse un buen refresco de fruta o una gaseosa de cola es toda una tentación. Pues bien, ¡cuidado! Porque estas bebidas aportan una barbaridad de kilocalorías, por no hablar ya de los productos químicos incluidos en su composición. De este modo, un consumo desmesurado puede acabar provocando diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Y dado que se trata de bebidas que no sacian a pesar de su alto contenido calórico, el aumento de apetito desemboca irremediablemente en obesidad. Por supuesto, no se trata de ser alarmistas y prohibir taxativamente su consumo, pero sí de que controles y, sobre todo, seas consciente de lo que estás tomando. Y si después del ejercicio sigues teniendo sed, agua o un buen zumo de naranja natural sólo te aportarán beneficios.
Una copita de vino al día puede ser incluso beneficiosa para la salud. Pero ello no debe confundirse con tomarse una botella durante la comida. Para empezar, porque el consumo inmoderado de alcohol es un atentado contra la salud que puede costarte muy caro, empezando por tu hígado. Encima, quitando el vino y un poco la cerveza, los nutrientes de este tipo de bebidas son más bien escasos.
Los efectos del alcohol se dejan notar también en la práctica del deporte, pues su consumo retrasa la recuperación muscular. Aunque sólo sea por eso, si de verdad, quieres ponerte en forma, ahí tienes una buena razón para moderar su ingesta.