Una cosa está clara: si sigues los consejos dietéticos generales, no verás una pérdida de peso inmediata. Pero es que no hay milagros, y las dietas que se venden como tales sencillamente no son válidas, carecen de todo rigor científico. Y hay centenares de ellas que prometen hacerte perder peso de forma rápida y fácil: la dieta de la piña, la de la avena, la de la manzana, a base de batidos, alta en proteínas… y un larguísimo e inacabable etcétera.
Todas te garantizan resultados a corto plazo y duraderos, pero luego nadie se responsabiliza ante la falta de resultados. En todo caso, la culpa siempre la cargan sobre el alumno, no sobre la receta mágica. Todas y cada una de ellas aseguran cosas como «con esta dieta vas a perder 3 kilos a la semana», «pierde hasta 10 kilos con la famosa dieta X», etcétera. Puede que las dietas milagrosas te ayuden a perder peso rápido, pero… ¿a qué precio? Pues al de recuperar todo el peso perdido o incluso más, y hacer muchísimo más difícil tu pérdida de peso a largo plazo, algo que no te interesa en absoluto.
¿Por qué no funcionan? Pasas hambre y tu cuerpo necesita más energía de la que le estás proporcionando con este tipo de dietas. ¿Consecuencia? El efecto yoyó. Después de la dieta no puedes aguantar las ganas irresistibles de comer y… ¡vuelves a recuperar todo el peso perdido en menos tiempo del que necesitaste para perderlo! Con el agravante de que al haber perdido mucha masa muscular durante la dieta habrá descendido tu metabolismo basal y ahora te costará más trabajo quemar grasa.
🤔 ¿Cuánto puedo adelgazar de forma Saludable?
Mucha gente se hace esta misma pregunta. Y se puede aventurar a una respuesta a partir de una sencilla operación matemática. Si 1 gramo de grasa contiene 9 kilocalorías, para quitarte 1 kilo de grasa debes quemar 9.000 kilocalorías. Pues bien, una fórmula correcta sería tratar de ingerir 500 kilocalorías menos al día.
Por otro lado, el hacer ejercicio tres veces a la semana, a razón de 500 kilocalorías quemadas por sesión, supone que has eliminado 1.500 kilocalorías a la semana. Si sumas a ellas las 3.500 kilocalorías que no has comido, te una disminución de 5.000 kilocalorías por semana. Esto supondría algo más de medio kilo de grasa a la semana, o lo que es lo mismo, unos dos kilos al mes. Así, dos kilos al mes es el peso de grasa que se puede perder de manera sostenible con dietas reales.