La adaptación crónica de los músculos sometidos a cargas de carácter anaeróbico eleva el contenido de glucógeno muscular (hasta 3 veces), lo cual provoca un aumento de la potencia del sistema de la glucólisis.

Un entrenamiento intenso de tendencia aeróbica ejerce una enorme influencia en la actividad de los enzimas glucolíticos. Los deportistas especialistas de modalidades que requieren un alto grado de resistencia poseen un potencial glucolítico ínfimo.

Las cargas máximas con incorporación de una gran parte de los músculos (70% y más) durante unos minutos provocan concentraciones extremas de lactato en la sangre arterial. Según el entrenamiento, los valores máximos de lactato y el tiempo de su aparición en la sangre pueden variar.

Es preciso mencionar que los valores extremos de lactato en la sangre, junto a la influencia específica del entrenamiento, dependen en gran parte también de la cantidad de fibras de CR del tejido muscular. Las personas no entrenadas con una gran cantidad de este tipo de fibras pueden, con cargas externas, alcanzar altos índices de lactato en la sangre.

Cuando se decide la duración óptima de un trabajo que suministre la máxima concentración de lactato en el músculo, es preciso tener en cuenta que el contenido máximo se observa cuando se utilizan cargas extremas de duración comprendida entre los 1 y 7 minutos. El aumento de la duración del trabajo desencadena una disminución.

TIEMPOS DE LA ADAPTACIÓN CRÓNICA DE LOS MÚSCULOS

La máxima potencia del proceso lactácido anaeróbico se alcanza al cabo de 15-45 segundos después del inicio del trabajo intenso que evidencia las máximas exigencias de glucólisis anaeróbica y puede mantenerse en las personas jóvenes hasta 2 minutos.

En los deportistas de alto nivel cuyas competiciones durante entre 2 y 5 minutos, el mecanismo de suministro de energía puede predominar durante 3-4 minutos. De este modo, durante el entrenamiento para adquirir mayor capacidad del proceso, los ejercicios más efectivos son los que durante entre 2 y 4 minutos.

Para elegir el método óptimo para aumentar la capacidad anaeróbica, es importante observar las particularidades de la acumulación de lactato en un trabajo interrumpido de intensidad máxima.

Por ejemplo, cargas extremas de 1 minuto con pausas de 4 minutos provocan un aumento constante del lactato en sangre que alcanza valores extremos después de la quinta repetición. Del mismo modo, hay una adaptación crónica de los índices del estado de acidez fundamental.

Si la concentración de lactato en sangre aumenta de ejercicio en ejercicio, la concentración de lactato en el músculo que trabaja se mantiene a nivel constante desde el primer ejercicio. La duración del ejercicio (en ciertos límites especiales del suministro de energía) no influye en la concentración de lactato en los músculos.

Para determinar la intensidad óptima del trabajo cuando se ejecutan distintos ejercicios, es importante tener en cuenta que las fibras CL y CR reaccionan a la carga de modo distinto. Las cargas prolongadas de carácter aeróbico se ejecutan sin que aumente el lactato en la sangre. Al mismo tiempo se produce una pérdida progresiva de glucógeno en las fibras de contracción lenta.

La pérdida de glucógeno en las fibras de CR se observa solamente cuando el trabajo es muy largo y cuando provoca un cansancio evidente. Cuando se ejecuta un trabajo de gran intensidad, las fibras de CR son las primeras en agotar sus recursos de glucógeno.