Cuando hablamos del Organismo Femenino hacemos referencia a las características morfológicas y funcionales de las mujeres. Al momento de planificar un entrenamiento con sobrecargas, es fundamental tener en cuenta las diferencias que existen entre el sexo femenino y el masculino.
La estatura de las mujeres es como promedio de 10-13 centímetros menor que la de los hombres; y el peso del cuerpo entre 7-8 kilogramos menor. Presentan además, menos volumen y fuerza en los músculos esqueléticos, siendo estos más débiles, finos y elásticos. La relación de la masa muscular en correspondencia con el peso total del cuerpo es entre 32-25%, mientras que en el hombre es entre el 40 y 50%.
La mujer requiere mayores reservas energéticas para suplir las demandas de su organismo durante la fase menstrual y el embarazo. Otro aspecto a considerar es la existencia de mayor porcentaje de grasa en la mujer que en el hombre, cifra que va aumentando desde la niñez hasta la juventud.
Investigaciones realizadas en mujeres, han demostrado que el tejido adiposo en relación con el peso corporal representa aproximadamente un 10%, por encima de los valores en el hombre.
Otra particularidad del organismo femenino es que existen grupos musculares con actividad funcional más compleja que en los hombres; por ejemplo: los músculos de la espalda, cavidad abdominal y cintura escapular.
La mujer presenta generalmente un tronco más largo y flexible que el hombre con músculos más débiles, por lo que es más común encontrar la mantención de posturas inadecuadas, con hombros caídos omóplatos ampliamente separados y dirigidos hacia afuera.
Los músculos de la región abdominal deben ser preparados en la mujer para soportar una carga mayor que en los hombres, teniendo en cuenta el periodo de embarazo.
La cavidad torácica en la mujer es más pequeña que en el hombre, por lo que en correspondencia también serán más pequeños los diámetros y circunferencias en esta zona del cuerpo. Sin embargo, es característico en las mujeres presentar caderas más anchas y bajas por lo que el centro de gravedad del cuerpo en dicho sexo, se sitúa más abajo que en el hombre.
Varios autores plantean que las caderas en la mujer constituyen un anillo óseo de defensa a los órganos internos (útero y sus anejos) y del feto durante el embarazo, que en la distancia entre la pelvis y la articulación coxofemoral es mayor que en el hombre.
La mujer presenta movimientos más suaves, mayor movilidad en la columna vertebral y en las articulaciones, así como, mayor elasticidad en los músculos y ligamentos.
Entre las características cardiorrespiratorias que diferencia a la mujer del hombre se encuentran: una mayor presión arterial y mayor frecuencia respiratoria y cardíaca. Sin embargo, presentan un menor tamaño del músculo cardíaco y su peso es entre el 10-15% menor que el del hombre, lo que hace que los volúmenes y capacidades cardíacas también sean menores.
La capacidad vital en las mujeres es generalmente 1.000 cc menor que la de los hombres. Además, en un minuto por los pulmones de la mujer pasan de 3 a 5 litros de aire, suministrando a todo el organismo entre 150-180 cc de oxígeno, mientras que en los hombres en la misma unidad de tiempo pasan de 5-7 litros de aire por sus pulmones, posibilitando un suministro de hasta 200 cc de oxígeno.