«Ver para creer» es una de las frases que más ha transcendido en la humanidad con el pasar de los años. Aunque fue dicha por primera vez hace muchísimo tiempo aún es bastante común escucharla entre las personas, incluso en aquellas que van al gimnasio en busca de tener el cuerpo perfecto.
Si tú eres una de esas personas que necesitan ver ejemplos para creer que es posible lograr lo que se proponen, el día de hoy te quiero hablar de Christopher Michael Pratt, un reconocido actor estadounidense que decidió transformar su cuerpo y su vida a través del ejercicio.
Este famoso norteamericano, conocido mundialmente por sus papeles de «Peter Quill» en la película Guardianes de la Galaxia y «Owen Grady» en Jurassic World, entre otros, reveló durante una entrevista concedida a la revista Men’s Health su secreto para adelgazar 36 kilos en tan solo 6 meses.
El actor, que pudo engordar todo lo que quiso y más durante las siete temporadas que duró ‘Parks and Recreation’ por exigencias del guion, llegó a pesar 136 kilos y confesó que «tenía 31 años y estaba fatigado y emocionalmente deprimido. Tenía serios problemas de salud que me estaban afectando», reconoció.
El casting de ‘Moneyball: rompiendo las reglas’ en el año 2012 marcó un antes y un después en su dieta: «Fue la primera vez que oí a alguien que no me seleccionaba por estar demasiado gordo», explicó. En tan solo seis meses, Christopher Pratt, que mide 1,91 metros, pasó de los 136 kilogramos a los 100, y ahora se mantiene en los 90 kilos.
Para llevar a cabo este cambio radical, el actor estadounidense reveló su secreto: «Estuve seis meses sin probar una gota de cerveza». Aunque no fue lo único, ya que empezó a entrenar 6 días a la semana durante 3 horas cada día con Duffy Gaver, el entrenador personal de Brad Pitt, Scarlett Johansson o Channing Tatum.
Los entrenamientos incluían ejercicios de espalda, de pectorales, de piernas, de hombros y de brazos una vez a la semana, así como trabajo de abdominales y circuitos tábata tres veces a la semana.
Además, también cambió su dieta gracias a unas pautas elaboradas por un nutricionista: dejó los productos precocinados o fritos, los lácteos y los hidratos de carbono y basó su alimentación en el consumo de proteínas provenientes del pescado, el pollo o los huevos.