Cada cuerpo es un mundo aparte. Pese a que todos están constituidos de la misma manera, no siempre se ven iguales. Si nos comparamos con otras personas notamos que hay muchas diferencias en cada una de las partes del cuerpo. Por ejemplo, algunos tienen los abdominales deformes o torcidos y a lo mejor tú no.
La buena noticia es que sin importar qué tipo de abdomen tengas lo puedes alinear para mejorar su apariencia. Claro que no es un trabajo fácil, pero con esfuerzo y dedicación lograrás que se vea ‘normal’. Lo más importante es buscar el origen del problema e identificar el motivo de su irregularidad.
Para saber si tienes los abdominales deformes o torcidos debes lograr que se vean. Un entrenamiento constante, una dieta balanceada y un descanso adecuado harán que el six pack se note. Después debes mirarlos detalladamente e identificar si están planos, muy juntos, separados o incluso torcidos. Si es tu caso, la información que encontraras a continuación te será de gran ayuda.
Si ya tienes marcados esos cuadritos del abdomen, ahora necesitas que se alineen en dos columnas impecables y simétricas. Aunque existe una posibilidad de que esa desigualdad sea genética, y no hay mucho que puedas hacer al respecto.
El famoso six pack es una lámina muscular dividida en secciones por tendones. Esas secciones definen tus abdominales y los génes determinan qué tan bien se alinean. Son abdominales irregulares y tendrás que buscar la forma de equilibrarlos bien.
Generalmente, la forma del abdomen está determinada por la genética. Sin embargo, existen otros factores que pueden influir en cómo se nuestro six pack. Éstos son:
1. Los abdominales irregulares también pueden ser causados por ciertas afecciones médicas, como la escoliosis.
2. Un uso excesivo de un lado del cuerpo, como los jugadores de tenis, golfistas, beisbolistas; que desarrollan un poco de inclinación.
Si es tu caso, esta irregularidad se puede minimizar haciendo algunos cambios clave en tu rutina.
Todos tenemos grupos musculares más fuertes que otros. Un ejemplo básico de esto es que tienes un bícep más fuerte que el otro; no lo niegues. La pregunta es: ¿seguirás entrenando el bícep más fuerte?
Por supuesto que sí. Solo debes prestar más atención al grupo muscular más débil y pronto tendrás la misma fuerza en ambos brazos. Lo mismo va para los músculos abdominales. Trabaja el lado que se ve más y siente más débil. Prueba lo siguiente:
Si cuidas la técnica trabajarás los músculos parejo. Y si nada cuadra tus músculos abdominales, no te preocupes. El hecho de que puedas verlos es un logro que debería hacerte sentir muy orgulloso.