Para la preparación de fuerza y sobrecargas en los atletas de distintos deportes son características tres tareas metodológicas diferentes por su principio: desarrollo de la fuerza muscular, mantención y conservación de determinado nivel de desarrollo de la misma y la recuperación.
Diferentes estudios han demostrado que en los mesociclos preparatorios la tarea estará dirigida al alcance de los índices de fuerza necesarios para las exigencias de cada deporte (el incremento de la fuerza general).
Al inicio del período preparatorio (primer mesociclo) es necesario, en los deportistas de alta calificación restablecer el nivel de fuerza alcanzado en el macrociclo anterior; en los jóvenes, sobre todo, en aquellos que inician el uso de las sobrecargas para la educación de su fuerza muscular, debemos dedicar el primer mesociclo a la adaptación del trabajo con sobrecargas.
Como se observa, el primer mesociclo del macro presenta características particulares al resto de los mesociclos. Durante los períodos competitivos la tarea fundamental estará dirigida a mantener los mayores índices de desarrollo de fuerza general alcanzados en los períodos preparatorios e incrementar la fuerza especial en correspondencia con las exigencias competitivas de cada deporte.
Para ello, es necesario prever una disminución considerable del volumen de trabajo y un incremento de la intensidad de la carga. Es importante mantener durante doto el período competitivo el trabajo con sobrecargas iniciado en los mesociclos preparatorios para el desarrollo de la fuerza muscular.
Los deportistas que han suspendido las actividades con sobrecargas por estar en un mesociclo competitivo han disminuido sustancialmente sus resultados deportivos. La disminución del volumen en el período competitivo se logra reduciendo el número de repeticiones (volumen) y por ende, el número de entrenamientos para cada microciclo.
Las tareas a desarrollar en los períodos transitorios estarán encaminados a evitar una brusca disminución en los niveles de fuerza logrados durante las etapas anteriores del macrociclo (conservación).
Como se puede apreciar, para el trabajo de preparación de fuerza en los deportes mediante las sobrecargas se establecen seis tareas metodológicas diferentes por su esencia: adaptación al trabajo para el desarrollo de la fuerza; restablecimiento de la fuerza muscular; incremento de la fuerza general; mantención de la fuerza general; incremento de la fuerza especial; y conservación de los niveles de fuerza alcanzados.
Cada una de las tareas metodológicas planteadas presentan un gran significado en la planificación del entrenamiento de cualquier deportista. El volumen y la intensidad del trabajo a realizar se establece en correspondencia con los objetivos y tareas para cada período de entrenamiento.
Algunas experiencias en el trabajo con diferentes disciplinas deportivas donde hemos aplicado sobrecargas, han demostrado que en los mesociclos preparatorios el volumen de trabajo oscila entre las 200 y 2000 repeticiones y en los competitivos entre 66 y 660.
Ahora bien, no todos los deportes utilizan estos intervalos de repeticiones en los mesociclos, pues en unos su objetivo se dirige al incremento de la fuerza máxima, en otros a la fuerza rápida o a la resistencia de la fuerza, sobre todo, cuando los atletas adquieren un alto grado de preparación.
Como es conocido, no todos los deportes necesitan las mismas magnitudes de trabajo con sobrecargas para el desarrollo de sus fuerzas. Hay deportistas que necesitan entrenar de 4 a 6 veces por microciclos con sobrecargas, otros, con 2 o 3 entrenamiento microciclo es suficiente para la obtención de los objetivos propuestos con el empleo de las sobrecargas.