Los músculos son como el dinero: mientras más tenemos, más queremos. Cuando una persona ve que su cuerpo está aumentando el volumen, hace lo que sea necesario para que no deje de hacerlo.
Sin embargo, existe una delgada línea entre llevar al límite tus músculos de forma natural y hacer lo mismo con una ayuda extra.
Lo primero se puede conseguir con un entrenamiento fuerte y constante; lo segundo con diferentes suplementos y tratamientos poco saludables que generalmente no terminan del todo bien. Al igual que como sucede con el dinero, la ambición por tener los músculos más grandes han hecho que muchas personas terminen mal; y bastante arrepentidos de haberse dejado llevar por esta afición a los cuerpos exagerados.
Consciente de ello, la revista Men’s Health ha entrevistado a «Jacobo» para saber cómo es la vida de una persona que usa esteroides. Él es un hombre alto, mide 1,85 metros y pesa 97 kilogramos. Su viaje dentro del mundo del fitness ha sido duro y complicado, por eso decidió confiar en los esteroides para lograr tener mayor masa muscular.
«Inicié a hacer ejercicio definitivamente por rechazo, siempre fui un hombre con mucho sobrepeso, a lo largo de toda mi vida hasta antes de tener un físico trabajado, sufrí bullying constante», cuenta Joacobo que llegó a la meta de 140 kilos con 1,85 de estatura.
Con el tiempo y después de hacer una dieta con pastillas, logró perder más de 60 kilos, dejándolo en un cuerpo nuevo y con mucha más seguridad de la que tenía.
«Mi acercamiento a la suplementación fue por medio de mi nutriólogo y entrenador personal, en mi plan incluyó lo que debía de comer y con qué suplementar para poder lograr mis objetivos», revela. Con la alimentación y los suplementos comenzaron a llegar las ganancias pero al parecer no eran lo suficientemente grandes para él, lo que lo llevó a probar con los esteroides.
«Mi acercamiento a los esteroides fue de la misma forma, por mi nutriólogo. La primera inyección fue hace 4 años y comencé con testosterona de farmacia para obtener efectos anabólicos. Me estaba costando mucho el ganar peso, después de la primera inyección me sentí muy bien, pleno, me encantó la sensación. Estaba listo y dispuesto a todo; tenía mucha energía sexual y ganas de entrenar más duro, aunque siempre tenía un leve dolor de cabeza». Explica Jacobo a Men’s Health.
La promesa principal de los esteroides es la ganancia muscular en muy poco tiempo -no mencionan el hecho de tener más fuerza sexual o sentirte con ánimos ante la vida- y así lo sintió Jacobo.
«Los resultados con los esteroides fueron inmediatos, aproximadamente a las 4 semanas noté un cambio, mayor masa muscular y mi fuerza iba en aumento. Mi cuerpo por supuesto que cambió drásticamente, me acercaba más a mi meta, pero cada vez quería más y nunca era suficiente en la ingesta de esteroides.
En cuanto a mi experiencia emocional tenía todos los sentimientos a flor de piel, en mi caso me volví un hombre muy emocional, eufórico y de momentos depresivo. Nunca tenía las emociones equilibradas”, cuenta el personaje.
Después de las ganancias musculares importantes, Jacobo tuvo que recurrir a cirugía por un problema congénito en la espalda, que le dejó con 30 kilos de músculo y grasa debajo del peso obtenido por los esteroides. Entonces decidió recurrir a la vieja confiable: entrenar duro, comer bien y continuar con la inyecciones; y en muy poco tiempo estaba de vuelta con el peso y músculos que tenía, aunque la satisfacción el duró poco y ahora quiere más.