La fuerza muscular está influida por diversos factores, entre ellos los factores fisiológicos, bioquímicos, físicos, psicológicos y otros. Además, se pueden dividir estos en factores extrínsecos o externos y factores intrínsecos o internos. Los primeros son los que dependen del medio externo y los segundos dependen del individuo.
La fuerza de contracción de los músculos depende de muchas causas, en particular de la estructura anatómica de los músculos. A continuación, repasamos algunos de los principales factores que afectan la fuerza muscular.
La Alimentación
Debido a que los ejercicios con sobrecarga considerable ejercen una acción específica sobre el metabolismo, el efecto del entrenamiento en el desarrollo de la fuerza depende en mucho del carácter de la alimentación. Las contracciones musculares considerables solamente pueden prolongarse varios segundos, lo cual ocasiona gastos energéticos relativamente pequeños.
En un entrenamiento de 1 a 3 horas, el atleta pierde la energía equivalente a no más de 800 – 2000 kilocalorías. Es decir, el organismo no se ve amenazado por agotamiento energético si la ración alimentaria diaria es de 3500 – 4000 kcal.
El Clima, el Día y la Temperatura
La fuerza muscular depende del momento del día y de la época del año. Esta cualidad varía de forma particularmente notoria en el transcurso del día. Su valor máximo corresponde al tiempo antes del almuerzo; un valor menor al periodo posterior al almuerzo; y se reduce bruscamente entre las 2 y las 4 de la madrugada.
Después del sueño o de una guardia nocturna, la fuerza disminuye en un 20 – 30% en comparación con la fuerza durante el día. Después del sueño ésta aumenta gradualmente, alcanzado su valor máximo 3 – 5 horas después.
La influencia de la época del año sobre la capacidad de trabajo ha sido insuficientemente estudiada. Algunos investigadores señalan que la capacidad de trabajo más alta tiene lugar en el verano; y la más baja en el invierno.
Otro aspecto es la temperatura, que tiene su influencia en la manifestación de la fuerza, donde la adecuada, según investigaciones, oscila entre 24 y 28 grados centígrados.
El Sueño
De la práctica es bien conocida la importancia del sueño como factor que determina la capacidad de trabajo. Se recomienda al deportista dormir no menos de 7 u 8 horas al día.
En los últimos años la mayoría de los investigadores analizan el sueño como proceso activo compuesto de dos fases: el sueño sin movimientos rápidos de los ojos (sueño lento) y el sueño con movimiento rápido de los ojos (también se le denomina paradójico).
En ambas fases desempeñan un papel esencial en el mecanismo de surgimiento del sueño la serotonina y algunas fracciones de bajo peso molecular del líquido raquídeo. Además, el sueño y la vigilia dependen de la formación reticular y de algunas otras formaciones y estructuras del cerebro.
Se considera que el sueño prolongado influye favorablemente sobre la capacidad de trabajo. Sin embargo, de acuerdo con las investigaciones, el sueño con una duración de más de 9 horas actúa negativamente sobre la capacidad de trabajo de las personas ya que empeora la realización de los hábitos motores.
La Hipnosis
Existen informaciones acerca de que se puede influir sobre la fuerza muscular mediante la hipnosis. Por hipnosis se detecta un aumento de la fuerza en un 30% en los no deportistas y en un 10% en los deportistas. El hipnotismo también aumenta la capacidad de trabajo.