Para saber cómo se produce la energía en el cuerpo humano debes conocer las tres fuentes que hay: las alactácidas anaeróbicas, las lactácidas anaeróbicas y las aeróbicas. Éstas dan como resultado unas reacciones químicas indispensable para ejecutar el trabajo muscular.
Las fuentes anaeróbicas lactácidas son fundamentales en el suministro de energía del trabajo cuya duración oscila entre 30 segundos y 6 minutos; y determinan en gran parte la resistencia del deportista en la carrera de los 400, 800 y 1500 metros, la natación de 100 y 200 metros, las carreras en velódromo de 1000 y 4000 metros, etc.
En este tipo de trabajo, la velocidad de formación de lactato es cerca de diez veces mayor que la velocidad del proceso oxidativo, por cuanto la acumulación de protones sigue siendo muy grande.
En el proceso de formación aeróbica hay dos energías principales. Por un lado, la formación de ATP es más efectiva y se degrada menos glucógeno. Por otra parte, para distribuir el oxígeno la circulación muscular debe aumentar y permitir a los protones bajo forma de ácido láctico difundirse de los músculos al cause sanguíneo y eliminarse. Este fenómeno influye en la inhibición de la aparición de la fatiga.
La cantidad total de energía que puede ser liberada en las reacciones anaeróbicas puede ser valorada en 126 kj. Ello equivale más o menos a 6-7 1 mn 1 de consumo de oxígeno en el suministro aeróbico de la energía, ya que por cada litro de oxígeno consumido se libera 17,5.21 kj.
Las fuentes aeróbicas suponen la oxidación de los hidratos de carbono y las grasas por el oxígeno del aire. El desarrollo de los procesos aeróbicos se produce lentamente: pueden alcanzar la máxima unos minutos después del inicio del trabajo.
Gracias a las importantes reservas de glucosa y de grasas del organismo y la posibilidad ilimitada de consumo de oxígeno del aire de la atmósfera, las fuentes aeróbicas, disponiendo de menos potencia que las anaeróbicas, permiten ejecutar un trabajo durante un tiempo prolongado; es decir, que su capacidad es muy grande.
La vía aeróbica de suministro de energía es fundamental cuando el trabajo es largo: carreras de 5.000 y 10.000 metros, maratón, competencias ciclistas en ruta, la natación de 800 y 1.500 metros, careras de patinaje de 5.000 y 10.000 metros, etc.
El trabajo de distinta duración se caracteriza por distintas fuentes de suministro de energía. Por ejemplo, las magnitudes máximas de lactato en sangre se alcanzan en las carreras de 800 metros, lo cual indica una gran utilización de las fuentes lactácidas anaeróbicas.
Al aumentar la distancia, disminuye el papel de las fuentes anaeróbicas y aumentan las aeróbicas y ello se refleja en el brusco descenso en la sangre arterial de la cantidad de lactato y en el aumento de la glucosa. Si disminuye la distancia, también disminuye el papel de la glucólisis y al mismo tiempo aumenta la importancia de las fuentes alactácidas anaeróbicas.
La intensidad de trabajo determina cómo se produce la energía en el cuerpo humano. Un brusco aumento de los gastos de energía cuando se aumenta la velocidad es posible en varios deportes. Por ejemplo, si es posible nadar a poca velocidad con las fuentes aeróbicas, la natación de máxima velocidad puede aumentar considerablemente las posibilidades aeróbicas de los deportistas.
Cuando la carga es intensa a un 60-70% del VO2 máx, el contenido de ATP y CP de los músculos disminuye considerablemente. Cuando aumenta la intensidad del trabajo hasta un 75-100% del VO2 máx, disminuye el ATP hasta un nivel del 50-60% en relación a los datos del reposo; el CP desciende hasta un 15-20% del músculo bruto.
Ello demuestra que todo el ATP no puede ser utilizado en el mecanismo de contracción, mientras que las reservas de CP se utilizan casi en su totalidad para completar el ATP.
Sabemos que en las personas que no practican deporte, el tiempo de desarrollo de las posibilidades funcionales del sistema aeróbico de energía puede dilatarse durante 3-5 minutos. Es evidente que cuanto antes se alcancen en el proceso competitivo grande magnitudes de consumo de oxígeno, mayor será la parte de la parte de la vía aeróbica económica en el suministro de energía del trabajo.
Un parámetro importante que determina la resistencia del deportista al trabajo prolongado es la capacidad de utilización del propio potencia funcional que puede ser valorada según los índices del umbral de intercambio anaeróbico.
El aumento del contenido de lactato en la sangre, que atestigua la llegada al umbral de las personas no entrenadas, suele observarse cuando el trabajo es tan intenso que el consumo de oxígeno alcanza aproximadamente un 50% del nivel del VO2 máx. El aumento de las posibilidades adaptación del sistema de transporte del oxígeno e incluso los cambios del tejido muscular debidos a un entrenamiento especial pueden provocar un importante incremento del umbral anaeróbico.
Es preciso recordar que, en una oxidación completa una molécula de glucosa libera 12 veces más energía en la glucólisis, lo cual permite un gasto económico de las fuentes de energía y determina la posible duración del trabajo.
Por último, gracias a esto el organismo del deportista entrenado gasta, en un trabajo de máxima intensidad, sus recursos energéticos; es decir, que se produce una movilización máxima de las fuentes de energía y una máxima intensidad de los procesos oxidantes.