Los Alimentos Ultraprocesados son los nuevos villanos de la alimentación. La mayoría de la gente cree que son malos para la salud y por eso los aborrecen. Y tienen la razón. Sin embargo, no todos las comidas preparadas o sometidos a algún proceso son nocivos para las personas.
Distinguir los buenos procesados de los ultraprocesados ayuda a escoger los productos idóneos para una dieta sana y equilibrada.
Partamos por recordar que, los alimentos ultraprocesados son aquellos cuyo estado natural ha sido alterado al transformarlos y mezclarlos con otros comestibles; añadirles sal, azúcar, grasa o aditivos como colorantes, saborizantes, resaltadores de sabor. Algunos pueden llegar a contener más de 40 aditivos. En ocasiones, son preparaciones en las que su fuente vegetal o animal es irreconocible.
Cómo identificarlos
– Se suelen componer de cinco o más ingredientes; entre ellos, harina refinada, aceites vegetales refinados, azúcares añadidos, aditivos y sal.
– El procesamiento industrial de estos productos hace que sean duraderos, listos para consumir, muy atractivos, ultrapalatables y poco saciantes y altamente rentables para que se vendan y consuman por encima del resto de alimentos.
¿Por qué no son saludables?
– Son insanos, ya que poseen una gran cantidad de azúcares añadidos, grasas refinadas, sal y/o aditivos.
– Son pobres en nutrientes como la fibra, los minerales, las vitaminas, las grasas saludables, etc.
– Desplazan y sustituyen el consumo de alimentos reales.
– Son hiperpalatables. Esto hace que se inhiban nuestros mecanismos naturales de saciedad.
Ejemplos de Alimentos Ultraprocesados
– Repostería.
– Refrescos y bebidas azucaradas.
– Bebidas energéticas.
– Zumos envasados.
– Lácteos azucarados.
– Pan refinado.
– Carne y pescado procesados.
– Pizza industrial.
– Galletas y derivados.
– Cereales refinados y barritas.
– Precocinados y listos para calentar o freír.
– Patatas fritas y snacks salados.
– Dulces, chucherías y helados.
– Productos dietéticos o de adelgazamiento.
– Salsas comerciales.
LOS ALIMENTOS PROCESADOS BUENOS
Son los alimentos reales sometidos a un procesamiento industrial o artesanal que beneficia o, al menos, no perjudica sus propiedades saludables. Es lo que sucede con la adición o retirada de algunos ingredientes o como resultado de la aplicación de algún procesamiento para hacer el producto más seguro, duradero, agradable al paladar o facilitar su consumo, indica esta especialista.
Suelen estar envasados y llevar etiqueta nutricional, en las que suelen constar entre uno y cinco ingredientes; entre las cuales no aparecerán cantidades significativas de azúcar, harina refinada o aceite vegetal refinado.
Ejemplos de procesados buenos:
– Aceite de oliva virgen extra.
– Leche UHT, yogures y lácteos fermentados.
– Pan 100% integral.
– Chocolate negro o cacao en polvo (mínimo del 80-85% de cacao).
– Gazpacho envasado o cremas de verduras frías.
– Legumbres de bote.
– Conservas de verduras.
– Quesos.
– Pescado en conserva.
– Bebidas vegetales sin azúcares añadidos.
– Jamón ibérico de bellota.
– Comida real congelada: frutas, verduras, pescado…
– Comida real envasada al vacío.
– Encurtidos.
– Vasitos de arroz o quinoa.
– Pollo al natural cocido.
– Hummus.
En conclusión, no todos los alimentos procesados son malos para la salud. Los que sí hacen daño ¡y mucho! son los ultraprocesados. En ese orden de ideas, las recomendaciones y consejos de los expertos en nutrición para tomar decisiones saludables en lo que a elección de alimentos son:
– Primar los alimentos naturales.
– Priorizar los buenos procesados frente a los ultraprocesados.
– Observar la lista de ingredientes.
– Hacer una lista de buenos procesados para ir teniendo claro cuáles son e incorporarlos con más facilidad a la cesta de la compra.
– Recurrir a los buenos procesados cuando se tenga poco tiempo para cocinar.
– Evitar los ultraprocesados y reservarlos únicamente para momentos muy concretos y puntuales.