Los alimentos son el combustible de nuestro cuerpo. La energía que requieren los órganos para funcionar correctamente proviene principalmente de la comida que ingerimos. Como si fuera poco, una buena alimentación también nos puede ayudar a cuidar nuestro organismo.
Por ejemplo, existen alimentos que por sus propiedades pueden ser muy beneficiosos para nuestros riñones. En líneas generales, la dieta mediterránea es una buena aliada para prevenir problemas renales y evitar la acumulación de toxinas y desechos en la sangre. Si hablamos en nombres propios, estos son los alimentos que más te ayudarán:
– Arándanos: son ricos en antioxidantes y contienen compuestos que ayudan a reducir la inflamación y mejorar la función renal.
– Pimientos rojos: excelente fuente de vitamina C y baja en potasio. Puede facilitar que la presión arterial baje, además de prevenir el desarrollo de enfermedades renales.
– Pescado azul: proporciona ácidos grasos omega-3, que tienen propiedades antiinflamatorias.
– Ajo: puede ser un buen aliado a la hora de reducir la sal.
– Manzana y pera: son frutas bajas en potasio y con un alto contenido en fibra, lo que las convierte en una buena opción también para las personas con enfermedad renal.
– Huevo: se trata de una excelente fuente de proteína de alta calidad y puede ser una opción proteica saludable para pacientes renales si se controla la ingesta de proteínas.
– Aceite de oliva: contiene grasas saludables y antioxidantes que mejoran la salud cardiovascular, lo que beneficia a los riñones.
– Apio: bajo en sodio, permite un equilibrio de líquidos adecuado en el cuerpo.
– Quinoa: muy buena fuente de proteína vegetal y una alternativa saludable a las proteínas animales para pacientes renales.
La función principal de los riñones es filtrar la sangre para eliminar los desechos y el exceso de agua (lo que da lugar a la orina). Cuando no están sanos es normal que se formen cálculos o piedras dentro de él que, además de estropear su funcionamiento, generan mucho dolor. Para evitar sufrirlo es importante consumir estos alimentos previamente mencionados.
Además, mantener un peso adecuado, practicar ejercicio físico de manera regular y reponer líquidos durante la práctica de éste serán puntos clave para la prevención de cálculos renales.
Por el contrario, los expertos advierten que las personas con obesidad, hipertensión arterial, gota, diabetes mellitus, síndrome metabólico y osteoporosis tienen más probabilidades de tener cálculos renales.
Es importante procurar que los pacientes renales no acumulen de forma excesiva toxinas en estos órganos. La creatinina, la urea, el fósforo o el potasio son algunas de ellas que tienden a hacerlo.