Además de realizar un buen calentamiento, utilizar la técnica precisa y mantener la posición adecuada, decir groserías mientras haces los ejercicios te permitirá levantar más peso en el entrenamiento. Al menos, así lo sugiere una reciente investigación presentada en la conferencia anual de la Sociedad Británica de Psicología, llevada a cabo en Londres, Inglaterra.
Llevando a cabo dos estudios por separado, los investigadores examinaron el efecto en tu rendimiento de decir groserías. En el primero, descubrieron que la gente producía más energía al pedalear en una bicicleta después de decir groserías en voz alta, que cuando permanecieron todo el tiempo en silencio. En el segundo experimento, otro grupo de personas mostró mayor fuerza en una prueba de agarre después de decir un par de fuertes palabras que cuando lo intentaron guardando la compostura.
Las mejoras en el entrenamiento no son del todo sorprendentes, indicaron los investigadores en un comunicado de prensa, ya que experimentos previos han demostrado que el decir groserías ayuda a tolerar el dolor muscular que experimentan las personas durante y después de realizar los ejercicios. Esto puede deberse a que las malas palabras estimulan el sistema nervioso simpático de las personas, el mismo sistema que interviene cuando entras en estado de alerta.
Sin embargo, en este estudio, los investigadores no encontraron ningún cambio o alteración en la frecuencia cardíaca o la presión arterial como resultado. Es posible que los efectos de decir groserías en la fortaleza muscular y el poder corporal se deban a un mecanismo aún por determinar, según indican ellos mismos. Así que, es necesario realizar más investigación para demostrar por qué decir groserías beneficia tu entrenamiento y te permite levantar más peso en el gimnasio.