Los ejercicios con sobrecargas (pesos) tienen la ventaja de cuantificar su magnitud con mayor precisión que la de otros medios de la cultura física terapéutico. El entrenamiento para la rehabilitación es diferente al de atletas de alto rendimiento teniendo en cuenta los objetivos que en cada caso se persiguen.
La debilidad y atrofia de los músculos afectados por traumatismos e inmovilización se pueden corregir con un programa de ejercicios acorde a las exigencias de cada paciente (necesidad).
En algunos programas, el paciente ejercita los músculos que debe entrenar levantando pesos cada vez mayores. Este método considera 3 entrenamientos por semana con la realización de 10 repeticiones por series (en 3 series) dosificando el peso en dependencia de las posibilidades del sujeto para realizar 3 series de 10 repeticiones. El peso en la palanqueta debe aumentar paulatinamente según el método ERP.
A pesar de que el método ERP se utiliza en la actualidad por varios especialistas en la rehabilitación de músculos débiles y atrofiados, es necesario tener presente que toda carga física por sencilla que sea contiene un volumen y una intensidad, donde en la realización de un trabajo físico, debemos considerar en la magnitud de su carga el tiempo de realización, rapidez de ejecución, descanso entre series y amplitud del movimiento.
Para el trabajo con sobrecargas es necesario definir en primer orden atendiendo a las necesidades del paciente los objetivos para cada uno de ellos y en dependencia de éstos, dosificar las cargas convenientemente para lograr el éxito esperado.
Cualquier ejercicio con sobrecargas pueden reestablecer el movimiento, desarrollar la fuerza, la resistencia o la rapidez en un determinado músculo o planos musculares.
Por ejemplo: el culr de bíceps (flexión del antebrazo) puede realizarse en función de lograr cualquiera de los objetivos antes señalados, pero en dependencia del peso que se utilice, de las repeticiones que se realicen en cada serie, del descanso entre las series y del ritmo de ejecución, estará que se logre el objetivo deseado de acuerdo a las características del sujeto.
En todos los casos, la cantidad de series, repeticiones, sesiones de trabajo, etc., estará en dependencia de la situación particular de cada enfermo y de su adaptación a la carga física. No obstante, debe tenerse presente en los principios de aumento gradual de las cargas, la sistematización y variabilidad de las sobrecargas.
Para la elaboración de un programa de ejercicios con sobrecargas en la rehabilitación, es necesario considerar varios aspectos que garantizan una adecuada dosificación.
En la caracterización se deben analizar las indicaciones y contraindicaciones donde debemos preguntarnos: ¿el ejercicio será útil?, ¿qué tipos de ejercicios debemos evitar? Constituye un aspecto importante el nivel de preparación física que posea el paciente, por lo que las pruebas médicas y su evaluación en tal sentido juegan un importante rol en la evaluación inicial del sujeto.
Para fijar los objetivos a lograr durante el tratamiento terapéutico se debe considerar el grado de desarrollo posible que se pretende alcanzar. En el análisis para plantear los objetivos debe estudiarse el caso minuciosamente y puntualizar las limitaciones en la realización de determinados ejercicios por el enfermo.
La prescripción del médico determinará los ejercicios específicos que se realizarán, los intervalos en que debe aumentarse la intensidad de la carga y su complejidad. La selección del contenido de la carga física y sus magnitudes estarán en dependencia de los objetivos propuestos.
La reevaluación del caso determinará el momento en que se repitan las pruebas y mediciones para juzgar la eficacia de los ejercicios prescritos, así como los ajustes que se deben introducir en la prescripción de los ejercicios.
Además de los factores descritos debemos considerar para una adecuada dosificación las llamadas «reglas de oro» de los programas de cultura física terapéutico: comenzar con cargas poco intensas, aumentar progresivamente las cargas físicas, cumplir en cada sesión las tres fases (periodo de calentamiento, periodo de carga y periodo de recuperación o enfriamiento) y no interrumpir o abandonar por razones menores un programa de cultura física.