El envejecimiento de la población es un fenómeno universal, causado por los adelantos científicos del mundo de hoy, donde la disminución de la tasa de natalidad y el crecimiento de las esperanzas de vida fundamentalmente en los países de mayor desarrollo, son indicadores que hacen posible que cada año haya una mayor población adulta de avanzada edad.
El envejecimiento es un fenómeno irreversible que incluye cambios estructurales y funcionales. La edad límite de corte para ser incluido dentro del concepto de anciano se sitúa habitualmente a los 65 años, aunque países con mayor grado de desarrollo lo fijan usualmente a los 60 años.
El envejecimiento es un proceso en el cual intervienen distintos factores (biológicos, sociales y ambientales) que trae como consecuencia una disminución considerable en la función de órganos y sistemas (Sistema Nervioso Central, Cardiorrespiratorio, Locomotor, etc.).
La capacidad muscular se reduce con el envejecimiento del hombre, disminuye la masa muscular (sarcopenia) y las posibilidades de fuerza, lo cual limita la realización de tareas habituales y aumenta el riesgo de las frecuentes caídas y sus graves consecuencias. La consecuencia más importante de la sarcopenia o atrofia muscular es la pérdida de fuerza absoluta.
Además de otras muchas alteraciones, el envejecimiento se caracteriza por una disminución progresiva del metabolismo basal, explicable por una merma de las proteínas musculares, responsable a su vez de la atrofia muscular y de la pérdida de fuerza.
Algunos estudios han comprobado que la disminución de la masa muscular en las personas mayores se produce por la reducción del número de fibras, hecho que comienza alrededor de los 25 años. Al llegar a los 80, la misma se acelera un 39%.
Son varios los resultados de investigaciones que demuestran las ventajas de los ejercicios físicos en el mejoramiento de las capacidades motrices (fuerza, rapidez, resistencia y movilidad articular) en personas de edad avanzada.
Entrenamiento para Personas de Avanzada Edad
Los ancianos que superan los 90 años, responden al entrenamiento con un aumento del volumen de sus músculos y de la fuerza. El ejercicio físico contribuye a la lucha contra los efectos del envejecimiento con un mantenimiento de la movilidad articular.
A pesar de que varios autores han estado categóricamente en contra de la aplicación de ejercicios de fuerza en personas de avanzada edad, diferentes investigaciones han demostrado que los ejercicios de fuerza con sobrecargas benefician el estado físico y funcional de los adultos mayores (50-85 años).
Los cambios se reflejan en: aumento de la masa muscular, reducción del tejido adiposo, incremento de la fuerza y de la resistencia muscular, incremento de la capacidad vital, regulación de las presiones arteriales entre 126/84, mayor confianza en sí mismo e incremento de la capacidad de trabajo físico.
Más allá de cualquier duda, la práctica sistemática de los ejercicios con sobrecargas tiene una influencia preventiva rehabilitadora y remedial, aún en personas sin entrenamiento y entre los 70-80 años, incluyendo aquellos con hipertensión arterial, arterosclerosis, luego de un infarto del miocardio o trauma cerebral.
También está comprobado que los hombres que llegan a los 70 años, habiendo entrenado con sobrecargas de los 50, poseen niveles de fuerza y área de sección transversal de los músculos, similares a los que tienen los sedentarios de 28 años.
Como se puede apreciar, la práctica de ejercicios con sobrecargas en edades avanzadas, puede tener fines de desarrollo físico o fisioterapéuticos según las características del sujeto practicante.