Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 están superando las expectativas. Se esperaba que la XXXII Edición de la Olimpiada fuera inolvidable y así lo está siendo. Una de las principales razones es la aparición de atletas que no eran favoritos, pero terminaron ganando. Ese es el caso de Marcell Jacobs, quien se colgó la medalla en los 100 metros planos.
El velocista italiano sorprendió al mundo entero este domingo en la final de la prueba reina del Atletismo. Pese a que muy pocos creían que él sería el ganador, Marcell paró el cronómetro en 9,80 segundos. Tiempo que le bastó para superar al estadounidense Fred Kerley (9,84 segundos) y al canadiense Andre De Grasse (9,89 segundos), que terminaron con las medalla de plata y de bronce, respectivamente.
Horas después de haberse convertido en el nuevo hombre más rápido del mundo y en el sucesor de Usain Bolt, las rede sociales empezaron a hacer viral su espectacular método de trabajo que le hizo mejorar su rendimiento: una campana remolcada por un coche para evitar el viento y sacar su máxima velocidad.
El equipo italiano de atletismo construyó para Marcell Jacobs una campana que producía una especie de rebufo que le permitía alcanzar sus picos más altos de velocidad en sus entrenamientos. El artefacto era remolcado por un automóvil y el atleta aprovechaba para correr dentro de ella.
Luego de hacerse virales las imágenes en las redes sociales se conocieron más detalles del aparato. Según algunos expertos, dentro de la campana tenían colocadas estratégicamente varias cámaras para controlar todos los movimientos del deportista. Una prueba más de que la tecnología está haciendo de las suyas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.