Sabemos que la humanidad está dividido en dos: los que desayunan antes de entrenar y los que desayunan después de entrenar. Los primeros, aseguran que es anti saludable hacer ejercicio en ayunas; los segundos, consideran que para quemar más grasa es mejor ejercitarse con el estomago vacío.
Cada uno defiende su teoría con argumentos validos y creen estar en lo correcto. En lo que sí estamos todos de acuerdo es en que el desayuno no debe saltarse porque es la comida más importante del día. Ingerir alimentos en horas de la mañana hará que tu jornada sea mucho más llevadera.
Para conocer las ventajas y contraindicaciones del ejercicio físico en ayunas, es necesario tener en cuenta los objetivos concretos que busca la persona con la práctica deportiva, su estado de salud, así como la intensidad y la duración del ejercicio que va a realizar.
«Cuando entrenamos en ayunas más allá de 35 o 40 minutos a intensidad media-elevada, las reservas de glucógeno muscular comienzan a disminuir, es decir, tenemos menos disponibilidad de esta fuente de energía con lo que el organismo podría tirar más de las reservas de grasa de los tejidos», señala la nutricionista Margarita Alonso.
Entonces para personas que estén abordando un plan de recomposición corporal, no solo centrado en la pérdida de peso, puede ser una opción realizar ejercicio físico en ayunas, siempre con supervisión de un profesional y un adecuado plan nutricional.
«Pero deberían ser ejercicios no muy alta intensidad y extendidos en el tiempo, de no más de unos 60 minutos, especialmente cuando la persona no tiene experiencia en hacer ejercicio en estas condiciones metabólicas», precisa la experta.
Para entrenar sin comer, estarían más indicados ejercicios en los que el gasto energético no sea muy elevado, tipo yoga, pilates, caminar o realizar hipopresivos. Si se realiza actividad física de alta intensidad sin desayunar podría ser perjudicial.
«El organismo acabará buscando la energía del propio músculo, con lo que estamos llevando a nuestro cuerpo al catabolismo muscular que es la destrucción de las proteínas que forman parte del músculo, lo cual puede conllevar pérdida de masa muscular y mayor riesgo de lesiones, así como de calambres, náuseas y vómitos», advierte la nutricionista.
Finalmente, otra cuestión importante a considerar es la preferencia y la tolerancia física y psicológica de cada persona a la práctica de ejercicio físico en ayunas, así como la condición de salud de partida de modo que este hábito no estaría recomendado o sería necesaria una consulta médica previa en personas con patología metabólica, como diabetes, problemas renales y cardiovascular o con un trastorno de la conducta alimentaria, así como en personas sometidas a una terapia oncológica.