La formación de energía indispensable para ejecutar el trabajo muscular es el resultado de reacciones químicas basadas en la utilización de los tres tipos de fuentes de energía: las alactácidas anaeróbicas, las lactácidas anaeróbicas y las aeróbicas.
Las posibilidades de cada una de estas fuentes de energía se caracteriza por la potencia. Es decir, la velocidad con que liberan energía en los procesos metabólicos y la capacidad (magnitud) de los fondos de los sustratos alcanzados.
Las fuentes alactácidas anaeróbicas utilizan el Adenosintrifosfato (ATP) y el ácido creatinfosfórico (CP); las fuentes lactácidas descomponen el glucógeno de los músculos y provocan la formación de lactato. La cantidad de energía acumulada en el músculo del ser humano bajo la forma de ATP, CP y glucógeno se diferencia sustancialmente.
La cantidad de energía acumulada bajo forma de ATP alcanza un promedio de 5 mmol por kg de músculo; las reservas bajo forma de CP, expresadas en equivalentes de ATP, es cuatro veces mayor y alcanza cerca de 20 mmol por kg de músculo. La cantidad de unidades de glucógeno contenido en el músculo (80-100 mmol) corresponde potencialmente a la presencia de 250 mmol de ATP. Es decir, que las fuentes mencionadas de energía anaeróbica suelen estar en la porción 1 : 15 : 75 para el ATP, el CP y el glucógeno.
La utilización de las reservas de ATP de los tejidos y las reacciones de las creatinfosfoquinasa y, en menor grado, de la mioquinasa son capaces de suministrar en un tiempo mínimo a los organos que trabajan una gran cantidad de energía.
Las fuentes anaeróbicas alactácidas desempeñan un papel decisivo en el suministro de la energía de intensidad máxima cuya duración oscila entre 15 y 30 segundos.
Las fuentes glucolíticas anaeróbicas están relacionadas con la reserva del glucógeno muscular que se descompone con la formación del ATP y del CP (glucólisis). Pero en relación a las fuentes anaeróbicas alactácidas, esta vía de formación de energía se caracteriza por una acción más lenta, menos potente, pero sin embargo más prolongada.
Cuanto más alto es el nivel de los deportistas, más crecen las posibilidades del mecanismo anaeróbico alactácido de formación de la energía.
Las fuentes anaeróbicas alactácidas son determinantes en el suministro de energía del sprint. Una alta concentración de cretinfosfato en los músculos produce una nueva sintesis inmediata del ATP. En una sencilla reacción en la que el catalizador es el enzima cretinasa, como resultado de la fosforilización del ADP por el creatinfosfato se forma el ATP y de este modo se recupera la reserva de ATP gastada en la contracción muscular.
Cuando finaliza el trabajo se recuperan en la reacción inversa las reservas de creatinfosfato. Puede suponerse que la cantidad de creatinfosfato existente en el músculo del ser humano no es suficiente para suministrar el trabajo muscular que supone el sprint durante 5 segundos (es decir, cerca de 50-60 metros).
Es importante que el mecanismo de creatinfosfato sirva para la nueva síntesis inmediata del ATP, dando tiempo para que se desarrolle un proceso glucolítico más complejo.
La transformación de glúcogeno en ácido láctico puede realizarse en ausencia de oxígeno formando ATP. Como el músculo tiene almacenada una gran cantidad de glucógeno, su degradación proporciona mucha más energía que la reacción de la creatinquinasa. Sin embargo, es preciso destacar aquí dos particularidades:
En primer lugar, en ausencia de oxígeno, cada molécula de glucosa-1-fosfato obtenida a partir del glucógeno se convierte no en ácido pirúvico para entrar en el Ciclo de Krebs, sino en dos moléculas de lactato más hidrogeniones. Si el lactato no se elimina, estos hidrogeniones ejercen su influencia en el medio interno de la fibra muscular y provocan el cansancio y el agotamiento.
Este problema es muy importante en lo que a las fibras musculares de los sprinters se refiere. Los sprinters tienen una gran capacidad glucolítica. Ello agudiza el problema de la acumulación de hidrogeniones ya que para el suministro de la cantidad suficiente de ATP para las contracciones musculares la velocidad de la glucólisis debe casi alcanzar la velocidad máxima.
En segundo lugar, de cada una de las unidades de glucosa del glucógeno que se convierte en ácido láctico se forman sólo 3 moléculas de ATP en lugar de las 39 que se forman cuando la oxidación es completa hasta el dióxido de carbono y el agua.