Está demostrado que con el aumento del peso corporal se incrementa la fuerza máxima del hombre. De igual forma, existe una correlación entre el volumen y la fuerza del músculo. Es necesario recordar que uno de los factores de que depende la fuerza muscular es del número y grosor de las miofibrillas.
No obstante, debemos reflexionar en que el peso corporal del individuo está dado por el tejido muscular, tejido adiposo, tejido óseo, líquidos corporales, etc. Cuando en un sujeto el valor de la masa corporal activa es alto, generalmente existe una alta correlación entre peso corporal y fuerza.
Sin embargo, cuando se eleva el peso corporal a causa del incremento del tejido adiposo dicha correlación se hace más débil. Al analizar la relación volumen-fuerza, es necesario considerar el tipo de hipertrofia muscular, si el músculo está hipertrofiado a causa del aumento de las proteínas contráctiles de las fibras musculares, la correlación entre volumen y fuerza será alta. Si por el contrario, la hipertrofia es de tipo sarcoplasmática habrá una correlación más débil.
Mejorar la salud, la estética, aumentar el volumen o desear ser más fuertes, son las razones fundamentales por las cuales las personas acuden a los gimnasio de cultura física. Normalmente asisten jóvenes y adultos, estudiantes y trabajadores, obreros e intelectuales; de uno y otro sexo, por lo general con el propósito de utilizar las sobrecargas con fines diferentes.
En conclusión, se trata de grupos heterogéneos, por lo que el técnico deberá seleccionar y racionalizar los diferentes métodos y medios para satisfacer las necesidades de los usuarios.
A pesar que los componentes de los programas de preparación física con sobrecargas son similares (ejercicios, tandas, repeticiones, formas de organización, etc.) en dependencia de los fines y objetivos que cada individuo se proponga, se emplearán las sobrecargas con sus diversos métodos y medios, siempre en un proceso sistemático y progresivo de preparación.
El objetivo del uso de las sobrecargas está en desarrollar la fuerza máxima en las piernas, tronco, brazos y cintura escapular. Para ello, se pueden utilizar diferentes métodos de variabilidad de las cargas.
En la preparación general de fuerza (primera etapa de preparación) se podrán utilizar disímiles ejercicios, aparatos e implementos; y en la etapa competitiva con predominio de aquellos ejercicios que más semejanzas tengan con la técnica de ejecución de la actividad motivo de competencia.
Los regímenes de contracción muscular para el trabajo con sobrecargas se aplicarán convenientemente de acuerdo a los objetivos propuestos teniendo presente que la combinación de los tres proporcionarán mayores resultados.
La estructura de la preparación debe ser similar a cualquier atleta que utilice las sobrecargas, con una lógica planificación en correspondencia con su competencia fundamental. El macrociclo estará conformado por períodos preparatorios, competitivos y transitorios precisándose objetivos, cargas y tareas metodológicas en cada mesociclo de preparación.