Nutrición

Los tipos de Ayuno para Bajar de Peso y Adelgazar

El ayuno es el acto de abstenerse total o parcialmente de comer o beber, por un tiempo determinado. Por ejemplo, existen diferentes tipos de ayuno para bajar de peso y adelgazar. Unos son más conocidos que otros, pero lo cierto es que todos son muy riesgosos si no son controlados por un profesional en nutrición.

Precisamente, hemos consultado a algunos especialistas en la materia para conocer más detalles sobre los tipos de ayuno que puedes hacer. La idea es que los conozcas, veas cuáles son sus diferencias y los pongas en consideración de tu doctor de cabecera, para que, según tus necesidades, escojas el que más te convenga; y lo pongas en práctica, si así lo requieres.

Antes, vale la pena aclarar que, el ayuno no puede considerarse una dieta, puesto que esta pauta implica restringir alimentos durante un tiempo determinado; mientras que el concepto de dieta alude a la ingesta habitual de alimentos y bebidas.

Ahora sí, sobre los ayunos que existen, la nutricionista española Julia Bretón hace una clara advertencia. «Un ayuno con ausencia total de ingesta oral, es decir, en el que no se toman alimentos ni agua, puede llevar a la muerte en pocos días por deshidratación y fallo del funcionamiento de los riñones. En cambio, cuando se toma agua y, además, se ingieren minerales y vitaminas (ocurre en los casos de ayuno terapéutico), la muerte ocurriría más tardíamente».

Por otro lado, existe el ayuno modificado. «Es empleado bajo supervisión médica en casos de obesidad severa para conseguir una rápida pérdida de peso donde se ingieren proteínas, agua, vitaminas y minerales. Sin embargo, no ha demostrado eficacia en la pérdida de peso a largo plazo. Se trata de una dieta cetogénica con importantes efectos secundarios», explica la experta.

🍳 TIPOS DE AYUNO QUE EXISTEN

También es muy famoso el ayuno intermitente o esporádico con periodicidad diaria o semanal. «Consiste en permanecer unas horas al día o unos días a la semana en ayunas, alternándolo con una ingesta normal de líquidos y alimentos», según Julia.

«Es evidente que con el ayuno total, con el ayuno terapéutico o con el ayudo modificado se consigue una pérdida de peso, pero con importantes riesgos para la salud y abundantes efectos secundarios. Por ello, nunca debemos olvidar que en cualquier situación de ayuno siempre hay que asegurar el aporte de energía a los órganos vitales, preferentemente al cerebro.

Hay que tener en cuenta que ‘dejar de comer’ no educa para aprender a mantener una dieta saludable; y, en algunas personas vulnerables, podría desencadenar un trastorno de conducta alimentaria», advierte la nutricionista.

🥱 ¿QUÉ PASA EN MI CUERPO CUANDO AYUNO?

Para responder a esta pregunta tendremos en cuenta la opinión de la endocrinóloga Sara López. «Cuando ayunamos se produce una adaptación por parte del organismo que va a dar lugar a cambios en la composición corporal como la pérdida de peso.

La mayor pérdida de peso al comenzar el ayuno es a expensas de la pérdida de agua corporal y es que la pérdida de agua va acompañada de eliminación de minerales, como sodio, potasio y magnesio.

Posteriormente, la pérdida de peso también es debida a la pérdida de grasa y masa muscular. Tras una semana de ayuno total, disminuye la pérdida de agua y persiste la pérdida de grasa y músculo», informa la doctora.

BENEFICIOS Y CONTRAINDICACIONES DEL AYUNO

Según Sara, existen algunos estudios que han demostrado que “el ayuno intermitente puede ayudar a perder peso de forma leve. También podría aportar beneficios para la salud; mejorando la obesidad, la resistencia a la insulina, la dislipidemia, la hipertensión y reduciendo marcadores de inflamación sistémica y de estrés oxidativo que están asociados con la aterosclerosis.

Sin embargo, algunos de estos estudios han sido realizados con animales y los publicados en humanos sobre este tema son todavía escasos. Además, son estudios de corta duración como para sacar conclusiones con cierta seguridad».

Finalmente, entre los posibles efectos secundarios del ayuno se encuentran: los dolores de cabeza, mareos, dificultades para mantener la concentración, descompensación de enfermedades crónicas previas, el déficit de nutrientes o afectarse la absorción de medicamentos.

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