La relación entre el sexo y el ejercicio es uno de los debates más polémicos que ha existido, existe y seguirá existiendo en el mundo fitness. Aún no se ha podido dar una verdad absoluta con respecto a los beneficios y/o contraindicaciones del sexo en el entrenamiento deportivo.
Lo que si se ha podido comprobar es que las personas pueden mejorar su vida sexual entrenando el Suelo Pélvico. Expertos en la materia explican por qué merece la pena ejercitar esta zona de la anatomía humana y en qué pacientes mejora, incluso, su calidad de vida.
El entrenamiento del suelo pélvico “estaría claramente más recomendado si van a someterse -o ya lo han hecho- a un tratamiento por patología pélvica (próstata, recto o colon). También se puede observar beneficio en pacientes con dolor pélvico, problemas de erección o de eyaculación”. Así lo afirma Julio Fernández, médico de Madrid.
“El suelo pélvico masculino no tiene por qué ser más fuerte que el femenino. El tono de base de la musculatura del suelo pélvico es individual de cada persona, independientemente del sexo, y está relacionada con factores de riesgo”, explica Carla Talens, fisioterapeuta especialista en Pelviperineología.
Hay factores de riesgo comunes para ambos sexos que facilitan el debilitamiento de la musculatura del suelo pélvico, como son: sobrepeso u obesidad, edad, estreñimiento, tos crónica, levantamiento frecuente de cargas o pesos, cirugías abdominales y/o perineales.
Los ejercicios de Kegel hacen más fuerte el suelo pélvico. El doctor Fernández explica en los siguientes puntos las claves para poner en práctica este tipo de movimientos:
– En los hombres, consiste en realizar contracciones repetidas de la musculatura pélvica. Se pueden hacer solo de la zona del esfínter uretral (en los casos de incontinencia urinaria), de la zona anal o de ambas.
– Se debe experimentar sensación de oclusión y elevación de estas estructuras hacia el interior de la pelvis.
– Estos ejercicios no se deben poner en práctica mientras se está orinando porque pueden desencadenar dolor y complicaciones. Cortar el chorro durante la micción nos puede servir a modo de chequeo para identificar la musculatura que debemos ejercitar, pero se deben realizar en reposo.
– Se aconseja realizar dos o tres series al día de aproximadamente 10 contracciones que debemos mantener entre 6 y 10 segundos.
“Durante la erección y la eyaculación están involucrados algunos músculos del suelo pélvico, el isquiocavernoso y bulbocavernos. Un suelo pélvico en forma puede influir en una mejor salud sexual», explica Julio.
El especialista aprovecha para recordar que la disfunción eréctil es una patología multifactorial, principalmente neurovascular con una influencia psicológica y emocional asociada y con un control hormonal determinado. «La eyaculación es un reflejo nervioso, difícil de modificar cuando se produce de forma precoz, aunque con un suelo pélvico fortalecido se puede tener un mayor control eyaculatorio».
Al respecto, Carla concluye que “algunos casos de impotencia funcional están relacionados con una musculatura de suelo pélvico debilitada, por lo que el fortalecimiento de dicha musculatura mejoraría el mantenimiento de la erección”.