Generalmente, los hombres sudan más que las mujeres. Las razones pueden ser varias, pero principalmente tiene que ver con una cuestión biológica. Recordemos que, el sudor es un líquido secretado por las glándulas sudoríparas como un medio de refrigeración corporal conocido como transpiración.
Una temperatura ambiente alta, ejercicio físico intenso, el exceso de peso corporal o incluso los alimentos picantes, pueden aumentar la sudoración. Su composición es principalmente agua con pequeñas cantidades de minerales (sodio, potasio, calcio y magnesio), ácido láctico y urea.
Durante mucho tiempo se ha relacionado el género con la cantidad de sudor producida durante los momentos de calor. Por ello, la Universidad de Wollongong (Australia) realizó una investigación al respecto. Según han demostrado los resultados de este estudio, nada tiene que ver el sexo con la transpiración.
«Hemos descubierto que la respuesta al calor en forma de sudor es independiente al género en las situaciones en las que el cuerpo puede regular con normalidad su temperatura», explica Sean Notley, doctor de la escuela de medicina y líder del proyecto.
El cuerpo tiene dos formas de regular su temperatura y enfriarse en caso de estar muy caliente. Una de ellas es a través de la sudoración y otra es aumentando la circulación de la sangre en la superficie de la piel.
«El sistema nervioso simpático actúa como un termostato. Si este sistema siente que el cuerpo está subiendo por encima de una cierta temperatura, enviará una señal desde el cerebro a los millones de glándulas sudoríparas que existen en todo el cuerpo para producir sudor. El sudor se enfría en la piel y reduce la temperatura del cuerpo», asegura el experto.
Al nacer tenemos entre dos y cuatro millones de glándulas sudoríparas en nuestro cuerpo. Pero no es hasta llegada de la pubertad que se activan por completo. La cantidad de sudor que produzcan dependerá, según el estudio, principalmente del tamaño del cuerpo. De ahí que las personas más grandes suden más que las personas más pequeñas, más allá de que sea hombre o mujer.
Aunque es la regla general, siempre hay excepciones. Existe un fenómeno por el que algunas personas transpiran en exceso. Se llama hiperhidrosis y hay dos tipos. Por un lado la primaria, que suele aparecer en la infancia o adolescencia y sus causa no se conocen. Aunque se sospecha que es algo genético.
La secundaria, por su parte, puede desarrollarse en cualquier momento de nuestra vida. Puede surgir a raíz de un embarazo, la menopausia, un episodio de ansiedad, obesidad, adicción a las drogas, como reacción a ciertos medicamentos y por algunas enfermedades.