Cuando el centro de la articulación de las rodillas coincide con el plano a través del cual pasa la línea de gravedad, existe igual tendencia en la articulación para flexionarse o hiperextenderse. La más ligera fuerza ejercida en cualquier dirección le producirá un movimiento de descentralización.
Si cada vez que hay que resistir la flexión de la rodilla, por ejemplo, el cuerpo debe exigir un esfuerzo muscular; dicho esfuerzo resulta ser un gasto innecesario.
Para compensar esta necesidad, el centro de la rodilla se desplaza ligeramente detrás de la línea de gravedad para la estabilización en bipedestación. Igualmente, si la articulación se mueve libremente hacia atrás, no se podrá mantener la posición de ligera extensión sin un esfuerzo muscular constante. Sin embargo, las estructuras ligamentosas y los músculos fuertes con los tendones que ayudan a reforzar los ligamentos son la fuerza limitante que previene la hiperextensión.
El empuje del cuerpo hacia arriba ayuda a extender las rodillas y las estructuras ligamentosas adoptan la función de contrarrestar dicho empuje, con un mínimo de esfuerzo muscular.
En la articulación de la cadera, se aplican los mismos principios pero existe una desviación hacia delante de esta articulación que está limitada al desviarse la rodilla hacia delante. La cadera es más estable cuando el centro de esta articulación está ligeramente por delante de la línea de gravedad. Los fuertes ligamentos que atraviesan anteriormente la cadera limitan además la inclinación hacia delante de la pelvis.
El poder normal limitante de los ligamentos y músculos ayuda a mantener una alineación postural correcta con un mínimo de esfuerzo muscular.
Cuando los músculos y ligamentos fracasan al ofrecer un soporte adecuado, las articulaciones se exceden en su amplitud normal y la postura se vuelve defectuosa con respecto a la posición hiperextendida de las rodillas y caderas.
Posición de las rodillas, el tobillo y la pelvis
En el tobillo, la línea de gravedad pasa ligeramente por delante de la articulación y se reprime la ligera desviación hacia delante del cuerpo al limitar la tensión de los músculos y ligamentos posteriores fuertes. En las relaciones de la articulación del tobillo, la línea de gravedad pasa aproximadamente a través del ápex del arco, marcado externamente por la articulación calcáneo-cuboide.
Sin minimizar la importancia de las posiciones de los pies para establecer la base del soporte, debe decirse que la posición de la pelvis es la llave para una alineación corporal correcta o defectuosa. Los músculos que mantienen la alineación correcta de la pelvis, tanto anteroposteriormente como lateralmente, son los más importantes en el mantenimiento de una completa alineación correcta.
El desequilibrio entre los músculos que se oponen entre ellos en bipedestación varía la alineación de la pelvis y afecta adversamente la postura de las diferentes partes del cuerpo. La relación de la pelvis con la línea de referencia está determinada en gran medida por la relación esta estructura con la cadera.
Es necesario establecer qué se considera una posición neutra de la pelvis al describir la postura modelo; y este punto de referencia a través de la pelvis no es suficiente porque la pelvis se inclina hacia delante o hacia atrás al rededor del eje que pasa a través de las rodillas.
La posición neutra utilizada como modelo por algunos anatomistas es aquella en que las espinas anterosuperiores y la sínfisis del pubis están en el mismo plano. Es lógico desde el punto de vista de la acción de los músculos a estos dos puntos.