Los fundamentos biológicos del desarrollo de los entrenamientos muestra que, por medio de ejercicios de especialización, se pueden provocar modificaciones especificas en los órganos y sistemas del organismo del deportista, relacionadas con las exigencias del deporte que practica.
Una semejante orientación especializada puede otorgársele al dominio de la técnica y la táctica, a la educación de las cualidades volitivas, etcétera. Sin embargo, no debemos olvidar que el camino de la especialización pasa por la aplicación de muchos y muy diversos ejercicios, por la realización del principio de multilateralidad.
En el entrenamiento especializado deben distinguirse dos direcciones: la primera, el ejercicio para el deporte practicado; y la segunda, la aplicación de ejercicios especiales para la educación de las cualidades motoras y el perfeccionamiento de la técnica. La correlación de estas dos orientaciones es diferente según la modalidad deportiva practicada.
En algunas, los ejercicios del deporte en cuestión ocupan casi el 100% del volumen del entrenamiento especial; en otras, constituyen una pequeña parte del volumen. Por ejemplo, un 60-80% de los ejercicios que realizan los equipos de fútbol, baloncesto, hockey y voleibol durante el entrenamiento corresponde a «su» deporte.
El principio de especialización tiene una significación perspectiva en la práctica del deporte con niños. La educación física de los niños está dirigida al desarrollo físico multilateral. En cambio, la educación física de los jóvenes está determinada por la perfección física combinada con la riqueza espiritual y la pureza moral.
En el proceso de la educación física multilateral de los niños ocupa un determinado lugar la práctica del deporte. Ademas de resolver tareas de la educación física, contribuye a la preparación para futuros éxitos deportivos.
No podría ser de otra manera debido a que la preparación para los juegos constituye un factor decisivo y no puede ser sustituido por ningún otro.
PRINCIPIO DE ESPECIALIZACIÓN EN NIÑOS
Se sabe que una de las tendencias más importantes del deporte moderno es la disminución considerable del limite de edad, en la cual se comienza la prefacio para un entrenamiento futuro especializado.
La gran efectividad de la práctica temprana de los ejercicios físicos se fundamenta por los datos de la biología del crecimiento y por las grandes posibilidades de los órganos y sistemas del organismo infantil, para modificarse y perfeccionarse bajo la influencia del mundo exterior y el medio interior.
El practicar desde una edad temprana un determinado deporte, incluso cuando no se poseen dotes naturales, permite alcanzar elevados logros deportivos ya en esa edad. Los ejemplos de lo dicho proliferan en aquellos deportes en que se exige el arte de los movimientos, agilidad y velocidad.
La aspiración a lograr récords antes de tiempo obliga al entrenador a dar a sus jóvenes atletas cargas de entrenamiento demasiado grandes. Éstas plantean grandes exigencias al sistema nervioso central y a otros órganos y sistemas del organismo humano. El entrenamiento adquiere entonces un carácter forzado, adelantándose a sus posibilidades de adaptación.
Se sabe que un entrenamiento forzado produce rápidos éxitos deportivos; aunque el descenso no se hace esperar: disminuye la capacidad de trabajo y empeora la salud.
En cada deporte deben establecerse fronteras de edad aproximadas, para una orientación especifica, en la preparación de los jóvenes atletas. Hay que cuidar a los niños de cargas excesivas, sin intentar obtener resultados deportivos. Los niños deben «jugar a los deportes». Pero tampoco debe olvidarse el importante papel educativo y emocional de las competencias.