La comida tiene dos caras como una moneda. Por una parte, es importante para producir la energía que necesitamos para vivir; pero, por otro lado, también nos puede llevar a la muerte si no la ingerimos de la forma y en la cantidad adecuada.
¿Qué comer? ¿Cuándo comer? ¿A qué hora comer? Son algunas de las preguntas que tendríamos que hacernos frecuentemente. Sin embargo, hay una inquietud aún más grande que ha encendido las alarmas en el planeta entero: ¿puede una persona volverse adicta a la comida?
Para aclarar éstas y otras dudas relacionadas con el tema, vale la pena citar a la española Marta Comas, nutricionista del Hospital Quirónsalud Barcelona, quien a través del portal ‘Cuidate Plus’ nos ha compartido la información. Ella, señala que la adicción a la comida podría responder a los mismos componentes que las adicciones a otras sustancias, por lo que se podría observar comportamientos impulsivos e incontrolables frente a la comida.
Si nos centramos en los síntomas que nos alertarían, la experta describe que en esas situaciones las manifestaciones más comunes serían el consumo de grandes cantidades de comida, con mucha frecuencia o en un espacio de tiempo concreto, el deseo persistente o pensamiento constante de comida, el abandono de las responsabilidades o tareas para comer, así como prescindir de las actividades sociales.
Por otro lado, no hay que olvidar que existen otras circunstancias que pueden provocar que en momentos puntuales comamos más y no por ello presentemos conductas de adicción a la comida. Por este motivo, es importante tener a nuestra disposición un equipo multidisciplinar, en concreto del psicólogo.
Existen casos en donde las personas tienen mucha ansiedad, angustia, depresión, por diversas causas que le llevan a comer determinados productos/alimentos, sin control; en donde van aumentando de peso, eso les genera aún más estas sensaciones y termina siendo un círculo vicioso: la persona cada vez se siente más desesperada y frustrada.
¿Por qué encontramos más apetitosos unos alimentos que otros? ¿Qué hace que la mayoría de las personas coman con más placer una hamburguesa que una ensalada? La respuesta a todas estas preguntas está en nuestro cerebro.
Marta explica que la comida rica en grasas, azúcar y sal favorece la secreción de ciertas sustancias que activan partes del cerebro que predisponen a crear adicciones o apetencias por ciertos productos. Los alimentos que se consumen con más voracidad, son los que tienen grasa como pastelería, embutidos, chocolates, golosinas, etc. También salados como aperitivos tipo patatas fritas, frutos secos fritos, fiambres, salsas.
Finalmente, la especialista advierte que el problema en estas situaciones de adicción a la comida es que esas personas no suelen consumir alimentos ricos en fibra como frutas, vegetales, legumbres, pescados o cereales de grano entero, ni hacen ejercicio, por lo que la situación se hace aún más complicada.