Estar embarazada es la etapa más bonita, pero al mismo tiempo más difícil, de una mujer. Saber que dentro de ti está creciendo el fruto de tu amor genera una alegría inigualable. Sin embargo, también te obliga a cuidarte más de lo normal y te aleja por un tiempo de hacer las cosas que más te gustan.
Por ello, una de las preguntas más frecuentes en esta etapa es: ¿Puedo hacer ejercicio o ir al gimnasio si estoy embarazada? La respuesta es sí y no. Claro que puedes ir al gym y ejercitarte, pero debes hacerlo con mucha precaución y siempre bajo la supervisión de un entrenador profesional y con la aprobación de tu médico de cabecera.
Durante el embarazo el ejercicio te ayudará a mantenerte sana y en forma, también a estar más fuerte y mejor preparada para el parto. Lo importante es ajustar tus rutinas de entrenamiento a medida que avance el embarazo, y según las condiciones de este. Por ejemplo, no será igual si siempre has sido una mujer activa físicamente, o si comenzarás a hacer ejercicio para sentirte mejor durante este período de gestación.
Lo más recomendable para la mayoría de las mujeres embarazadas, es al menos 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada al menos tres veces por semana. También puedes tener actividad física todos los días.
Los ejercicios más recomendados son:
– Caminar.
– Natación.
– Ejercicios aeróbicos de bajo impacto.
– Bicicleta estática.
– El entrenamiento de fuerza, siempre y cuando sea con un peso relativamente bajo.
Los ejercicios que debes evitar (salvo que tu médico indique lo contrario):
– Rebotar.
– Saltar.
– Cualquier ejercicio que te obligue a acostarte boca arriba después del primer trimestre.
– Buceo.
– Deportes de contacto.
– Actividades que presentan un alto riesgo de caídas.
– Yoga con calor o pilates con calor.
Hacer ejercicio durante el embarazo, puede ayudarte a sentirte mucho mejor. Sea cual sea la actividad que elijas o que más te guste, obtendrás múltiples beneficios para ti y tu bebé. A continuación, mencionamos algunos de los más importantes:
– Reduce los dolores de espalda, el estreñimiento y la hinchazón.
– Ayuda a dormir mejor.
– Mejora tu estado de ánimo.
– Aumenta tus niveles de energía.
– Aumenta el tono muscular, la fuerza y la resistencia (que serán tan necesarias en este período y en el que vendrá ya cuando tengas a tu bebé).
– Disminuye el riesgo de tener diabetes gestacional.
– Ayuda a tener un trabajo de parto más breve.
– Reduce el riesgo de tener una cesárea de emergencia.
Contraindicaciones médicas para el ejercicio durante el embarazo
Algunas mujeres pueden tener contraindicaciones médicas u obstétricas, que le impidan hacer ejercicio o ir al gimnasio embarazada. Por esto siempre antes de comenzar la rutina es mejor tener la aprobación del doctor. Las contraindicaciones son:
– Enfermedad cardiaca hemodinámica significativa.
– Incompetencia cervical.
– Enfermedad pulmonar restrictiva.
– Sangrado persistente durante el segundo y/o tercer trimestre.
– Placenta previa.
– Riesgo de ruptura de membranas.
– Embarazo múltiple.
– Preeclampsia.
– Hipertensión crónica.
– Anemia severa.
El embarazo podría parecer el momento perfecto para sentarte y relajarte. Es probable que te sientas más cansada de lo habitual y podría dolerte la espalda por llevar peso de más.
Sin embargo, salvo que tengas complicaciones, sentarte sin hacer nada no te ayudará. De hecho, el embarazo puede ser el momento ideal para hacer actividad física, incluso si no te has ejercitado durante un tiempo.
– Hace tiempo que no haces ejercicio. Comienza con tan solo 10 minutos de actividad física por día. Aumenta hasta llegar a 15 minutos, 20 minutos, y así sucesivamente, hasta que alcances por lo menos 30 minutos al día.
– Hacías ejercicio antes del embarazo. Probablemente puedas seguir haciendo ejercicio al mismo nivel mientras estés embarazada, siempre y cuando te sientas cómoda y tu médico te diga que está bien.
Por muy importante que sea hacer ejercicio, también es vital estar atenta a las señales de un problema. Deja de hacer ejercicio y comunícate con tu doctor si notas algunos de estos síntomas:
– Sangrado vaginal.
– Mareos.
– Dolor de cabeza.
– Aumento de la dificultad para respirar antes de comenzar a hacer ejercicio.
– Dolor en el pecho.
– Contracciones uterinas dolorosas que continúan después del reposo.
– Líquido que se escapa o brota de la vagina.
– Dolor o inflamación de la pantorrilla.
– Debilidad muscular que afecta el equilibrio.
Tampoco es bueno para tu bebé que la temperatura de su cuerpo aumente a más de 39 grados centígrados. Esto puede ocasionar problemas en el desarrollo del feto, en especial durante el primer trimestre, y llegar a provocar defectos de nacimiento. Por eso, se recomienda no hacer demasiado ejercicio durante los días de mucho calor.
En conclusión, sí puedes hacer ejercicio o ir al gimnasio si estás embarazada, siempre y cuando tengas la aprobación de tu médico. Cuando el embarazo no es de alto riesgo, lo ideal son las rutinas de ejercicios aeróbicos de intensidad moderada, en la que se eviten los ejercicios anaeróbicos, de impacto y de alta intensidad.