El entrenamiento balístico toma importancia porque muchos de nosotros, aficionados al deporte, hemos asistido a acontecimientos deportivos en los que la excitación, la fuerza, y la acción sobre el campo eran increíbles.
Se podían sentir los altos niveles de energía. Sin importar cuales hayan sido los niveles en aquellos emocionantes partidos, las acciones de alta potencia desempeñan un papel principal en el desarrollo de cualquier acontecimiento deportivo.
Ademas, jugar o esprintar a altas velocidades puede proporcionar gran parte del desarrollo del sistema de energía necesario para la mayoría de los deportes a corto plazo. El movimiento tiene tres propósitos básicos: mantener el equilibrio, mover un objeto y detener un objeto. La mayoría de los deportes incluyen las siguientes tareas:
– Movimientos multidireccionales.
– Salidas y paradas cortas, con explosiones de velocidad.
– Cambio de dirección rápidos.
– Emisión de potencia explosiva de impacto a través del contacto con el suelo o con algún oponente.
– Recepción instantánea de potencia por contacto.
– Transmisión de potencia explosiva hacia algún objeto.
Muchas veces, estas tareas se dan al mismo tiempo y, de hecho, no deberían aislarse en absoluto del conjunto total de la acción.
Este método está incluido en el entrenamiento de la fuerza-potencia. Los ejercicios balísticos ayudan a lograr una transferencia del incremento de la fuerza obtenida. Además, trabajan sobre la velocidad de movimiento, aceleración, elasticidad, coordinación intermuscular e intramuscular, entre otras cualidades.
Para lograr un mejor funcionamiento del mismo debemos tener en cuenta los conceptos relacionados con las tensiones explosiva balísticas y las tensiones reactivo balístico.
La tensión explosiva balística ocurre siempre y cuando que el esfuerzo que se realice requiera un altísimo grado de rapidez en el empleo de la fuerza máxima, para vencer una resistencia pequeña; es decir, que la carga a vencer debe ser mucho menor a la fuerza que se le aplica. Por ejemplo: En los deporte de lanzamiento, bala, jabalina, disco.
La tensión reactivo balístico ocurre cuando el músculo se contrae a una velocidad máxima requiriendo el empleo de su fuerza máxima, en dicho momento los músculos están en su punto de máxima elongación, esto es favorecido para la elasticidad muscular. La podemos observar en deportes de saltabilidad, plionmetría, remates de Voleibol.
Cuando la fuerza interna del atleta supera notablemente a la resistencia o a la carga de un objetivo determinado, ocurre en movimiento dinámico denominado balístico; dado que la fuerza interna del atleta supera ampliamente la resistencia a vencer, se produce un movimiento explosivo que mejora el entrenamiento de la fuerza potencia.
A lo largo del movimiento el atleta deberá lograr realizar la máxima tensión posible para así poder generar un alto grado de aceleración sobre el objetivo a movilizar. Por ejemplo: para lanzar un objeto a la máxima distancia posible, debemos lograr la máxima aceleración en el momento del lanzamiento.
Los ejercicios balísticos pueden ser incluidos al final de la sesión de entrenamiento o luego del calentamiento, depende del objetivo buscado por el entrenador.
Muchos programas no son capaces de fortalecer el cuerpo de manera sistemática durante el periodo de fuera de temporada. Por supuesto, el programa de fuerza funcional y potencia tiene un efecto fortalecedor, pero se requieren métodos de adicionales para elevar el cuerpo a mayores grados de resistencia.
Muchos sistemas de hoy en día no reconocen la importancia de dar y redirigir estas fuerzas externas en beneficio del deportista. A lo largo de los años se ha demostrado que la mayoría de equipos tienen muy poca habilidad en la sofisticada unidad de resistir y ceder.
Recuerde, esta habilidad no se hereda; debe ser aprendida. Si busca ventaja sobre su competidor, encuentre una forma de añadir un entrenamiento balístico a su programa.