La mayoría de las personas viven preocupadas por tomarse la cantidad recomendada de agua al día. Algunos la miden con vasos y otros en litros. Sin embargo, más allá de cifras concretas, lo importante es mantener una adecuada hidratación en función de la edad, la temperatura ambiental y otros factores.
Beber más agua de la recomendada en función de la edad y circunstancias personales no es necesario, y mucho menos consumir una cantidad claramente exagerada, ya que puede tener consecuencias graves para la salud. Consciente de ello, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria publicó un listado de recomendaciones para mantener una buena hidratación.
Estos son algunos consejos dirigidos a aquellas personas que consideren que no beben la suficiente cantidad de agua al día y quieren ponerse las pilas con su hidratación:
1. Beber un vaso de agua antes y otro después de las comidas. O en cualquier otro punto del día que permita convertir este gesto en una rutina que se repita de forma cotidiana, como por ejemplo al llegar al trabajo.
2. Al realizar ejercicio hay que beber agua antes, durante y después. A partir de 30 minutos de actividad física, hay que rehidratarse. Para un ejercicio de intensidad leve o moderada, se recomiendan unos 150-250 mililitros de agua cada 20 minutos desde el comienzo.
3. No esperar a tener sed para beber. El mecanismo de la sed es un estímulo que aparece cuando ya estamos por debajo del nivel adecuado de hidratación.
4. Con temperaturas altas (más de 30 ºC) y mayor humedad ambiental, la pérdida de agua es mayor, por lo que habrá que aumentar la ingesta.
5. Para aprovechar al máximo su poder de rehidratación, la temperatura del agua no debe ser inferior a 10-15º C.