En el ejercicio de corta duración de liviana a moderada intensidad, la concentración de glucosa en sangre prácticamente no se modifica con relación a la glucemia en reposo. Si es intenso puede observarse una elevación leve de la glucemia (20 a 30 mg/dl).
En el ejercicio prolongado (más de 90 minutos) la glucemia desciende entre 10 a 40 mg/dl. El hígado representa el único sitio de producción y liberación de glucosa al torrente sanguíneo y debe tratar de equilibrar el consumo de glucosa por parte del músculo.
En reposo el índice de producción de glucosa hepática es de 150 mg/min, del cual el 75% es glucogenólisis y el resto es de gluconeogénesis a partir de alanina, lactato, piruvato y glicerol. El ejercicio de corta duración el aumento de liberación de glucosa hepática es a expensas de la glucogenólisis.
A medida que el ejercicio se prolonga hay mayor dependencia de la captación del precursor glucogénico para mantener la producción de glucosa hepática.
La respuesta hormonal al ejercicio se caracteriza por descenso de insulina y aumento de glucagón. Además aumentan la somatotropina, adrenalina, noradrenalina y cortisol. La importancia psicológica de alteración del medio hormonal en el ejercicio se relaciona más con el estimulo de producción hepática de glucosa que con el aumento de utilización de esta.
– METABOLISMO DE LA GLUCOSA
El efecto inmediato del metabolismo de la glucosa en fase de recuperación es iniciar la reposición de las reservas de glucógeno en el músculo y en el hígado.
En periodo de recuperación temprana hay una rápida elevación de insulina que disminuye la liberación de glucosa hepática hasta niveles basales. El glucagón se mantiene elevado y contribuye al aumento de la captación hepática de precursores gluconeogénicos, principalmente lactato y piruvato y en menor grado alanina.
El músculo mantiene la captación de glucosa 3 a 4 veces superior a los niveles basales. A las 12-14 horas posteriores al ejercicio las reservas de glucógeno muscular aumentan el 50% o más, aún en ausencia de ingesta alimentaria. Esto se explica por la acelerada gluconeogénesis hepática y su liberación posterior al torrente sanguíneo.
– CATABOLISMO Y ANABOLISMO PROTEICO
Durante el ejercicio existe un catabolismo proteico para obtener sustratos para la gluconeogénesis. Finalizado el estado de contracción muscular se produce un aumento de la respuesta anabólica, y si se repiten las sesiones de ejercicio el efecto a largo plazo se manifiesta con una hipertrofia muscular. Similar fenómeno ocurre con las reservas de glucógeno.