Para comprender cómo incluso los estímulos más básicos pueden causar actividad muscular, debemos considerar a continuación la complejidad del sistema nervioso central. Dirijamos nuestra atención a los diversos componentes del sistema nervioso y a cómo efectúan el movimiento.
En este artículo vamos a considerar una visión general del sistema nervioso central y sus partes. Consideremos brevemente sus funciones. Arranquemos por decir que el sistema nervioso central tiene más de 100.000 millones de neuronas. Además, que está compuesto por el encéfalo y la médula espinal.
ENCÉFALO
Nuestro encéfalo se compone de varias partes. Para nuestros propósitos, lo subdividiremos en cuatro regiones: 1) cerebro, 2) diencéfalo, 3) cerebelo y 4) tronco cerebral.
– CEREBRO:
Se compone de los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo. Éstos están conectados entre sí por haces de fibras (tractos) que reciben la denominación de cuerpo calloso, permitiendo que los dos hemisferios se comuniquen entre sí.
La corteza cerebral forma la porción exterior de los hemisferios cerebrales y se considera que es el lugar de la mente y el intelecto. También se llama sustancia gris, lo cual refleja simplemente su color distintivo por falta de mielina en los cuerpos celulares localizados en esta área. La corteza cerebral es nuestro cerebro consciente. Nos permite pensar, ser conscientes de los estímulos sensores y controlar voluntariamente nuestros movimientos.
El cerebro consta de cinco lóbulos: cuatro lóbulos exteriores y la ínsula central, que no vamos a tratar. Sus cuatro lóbulos generales tienen las funciones generales siguientes:
– Frontal: intelecto general y control motor.
– Temporal: entrada auditora y su interpretación.
– Parietal: entrada sensora general y su interpretación.
– Occipital: entrada visual y su interpretación.
Esta región del encéfalo se compone principalmente del tálamo y del hipotálamo. El tálamo es un centro importante de integración sensora. Todas las entradas sensoras (excepto el olfato) penetran en el tálamo y son transmitidas a las áreas apropias de la corteza.
El tálamo regula todas las entradas sensoras que llegan a nuestro cerebro consciente y, por tanto, es muy importante el control motor. El hipotálamo, directamente debajo del tálamo, es responsable del mantenimiento de la homeostasis, regulando casi todos los procesos que afectan el ambiente interno del cuerpo. Los centros neurales de aquí regulan:
– El sistema nervioso autónomo (y, a través de él, la tensión arterial, el ritmo y la contractilidad del corazón, la respiración, la digestión, etcétera).
– La temperatura corporal.
– El equilibrio de los fluidos.
– El control neuroendocrino.
– Las emociones.
– La Sed.
– La indigestión de comida.
– Los ciclos de sueño y vigilia.
CEREBELO
Se halla detrás del tronco cerebral. Está conectado a numerosas partes del encéfalo y tiene una función crucial en el control del movimiento.
Es el tallo de nuestro cerebro, conectando el encéfalo y la médula espinal. Está compuesto por el mesencéfalo, la protuberancia y el bulbo raquídeo. Todos los nervios sensores y motores pasan a través del tronco cerebral, ya que transmiten información entre el encéfalo y la médula espinal. Éste es el lugar de origen para 10 de las 12 parejas de nervios craneales.
El tronco cerebral también contiene los principales centros reguladores autónomos que ejercen control sobre el aparato respiratorio y el sistema cardiovascular. Un grupo especializado de neuronas situadas a lo largo de todo el tronco cerebral, conocidas como sustancia reticular, están influidas por y tienen una influencia sobre casi todas las áreas del sistema nervioso central. Estas neuronas ayudan a:
– Coordinar la función muscoesquelética.
– Mantener el tono muscular.
– Controlar las funciones cardiovascular y respiratoria.
– Determinar nuestro estado de conciencia (tanto de vigilia como de sueño).
El encéfalo tiene un sistema de control del dolor, llamado sistema de analgesia. Las encefalinas y las beta- endorfinas son importantes sustancias opiáceas que actúan sobre los receptores opiáceos en el sistema de analgesia para ayudar a reducir el dolor. Se ha dicho que el ejercicio de larga duración incrementa los niveles naturales de estas sustancias opiáceas.
La parte más baja del tronco cerebral, el bulbo raquídeo, forma continuidad hacia abajo con la médula espinal. Ésta se compone de tractos de fibras nerviosas que permiten la conducción de impulsos nerviosos en ambos sentidos.
Las fibras sensoras (aferentes) llevan señales nerviosas desde los receptores sensores, tales como los que hay en los músculos y en las articulaciones, hasta los niveles superiores del SNC. Las fibras motoras (eferentes), desde el cerebro y la médula espinal superior, viajan hacia los órganos terminales (músculos, glándulas).