El sistema nervioso autónomo tiene dos divisiones principales: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. Estos se originan en diferentes secciones de la médula espinal y en la base del cerebro. Los efectos de los dos sistemas con frecuencia son antagonistas, pero siempre funcionan los dos juntos.

SISTEMA NERVIOSO SIMPÁTICO

Es nuestro sistema de lucha o huida, prepara a nuestro cuerpo para hacer frente a una crisis. Cuando estamos excitados, nuestro sistema nervioso simpático produce una descarga masiva en todo el cuerpo, preparándonos para la acción.

Un ruido fuerte repentino, una situación de peligro de muerte o los pocos segundos anteriores al inicio de una competición deportiva constituyen ejemplos de cuándo podemos experimentar esta descarga simpática masiva. Los efectos de la estimulación simpática son importantes para el deportista:

– La frecuencia cardíaca y la fuerza de la contracción cardíaca aumentan.

– Los vasos coronarios se dilatan, incrementando la aportación de sangre al músculo cardíaco para satisfacer sus demandas incrementadas.

– La vasodilatación permite que entre más sangre en los músculos esqueléticos activos.

La vasoconstricción en la mayoría de los otros tejidos desvía la sangre llevándola hacia los músculos activos.

– El aumento de la tensión arterial permite una mejor perfusión de los músculos y la mejora del retorno de la sangre venosa.

– La broncodilatación mejora el intercambio de gases.

– El ritmo metabólico se incrementa, reflejando el mayor esfuerzo del cuerpo por satisfacer las aumentadas demandas de actividad física.

La actividad mental se incrementa, permitiendo una mejor percepción de los estímulos sensores y una mejor concentración en el rendimiento.

– La glucosa es liberada desde el hígado a la sangre como fuente de energía.

– Las funciones no directamente necesarias se hacen más lentas (la función renal, la digestión), conservando energía que puede usarse para la acción.

Estas alteraciones básicas en la función corporal facilitan nuestra propuesta motora, demostrando la importancia del sistema nervioso autónomo para prepararnos para una tensión aguda o para la actividad física rigurosa.

SISTEMA NERVIOSO PARASIMPÁTICO

Es el sistema de economía doméstica de nuestro cuerpo. Desempeña una función importante en la dirección de procesos tales como la digestión, la urinación, la secreción glandular y la conservación de energía. Este sistema es más activo cuando nos hallamos calmados y en reposo. Sus efectos tienden a oponerse a los del sistema simpático. Produce:

– Una menor frecuencia cardíaca.
– La constricción de los vasos coronarios.
– Broncoconstricción
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Además, este sistema tiene un efecto sobre el funcionamiento del aparato digestivo. Su influencia allí permite incrementar la peristalsis y la secreción glandular, así como también relajar los esfínteres.