El aumento del tamaño del corazón humano se produce principalmente gracias a la ampliación de sus cavidades. Al mismo tiempo se produce un engrosamiento de las paredes del corazón de hasta 15 mm cuando la anchura normal es de 9-10 mm.
El corazón más grande fue observado en un reconocido ciclista de ruta: 1700 ml. Cuatro años después de que abandonara la práctica del deporte, el volumen de su corazón era de 900 ml.
El volumen medio del corazón de un hombre sano suele oscilar entre 700-800 ml ó 10-11 ml por cada kilo de masa corporal. Como consecuencia de un largo entrenamiento intensivo, el volumen del corazón aumenta considerablemente hasta magnitudes de 1300-1400 ml y más.
En las mujeres que no practican deporte, el volumen del corazón suele ser 500-550 ml. La práctica de ciclismo, remo, esquí de fondo y otros deportes que requieren resistencia puede hacer aumentar bastante el volumen del corazón de las mujeres: hasta 900-1000 ml.
El corazón de una persona muy entrenada se diferencia por el gran ahorro de su trabajo. La disminución del volumen sanguíneo por minuto, la bradicardia basada en una hipotonía moderada hacen que el trabajo general del corazón disminuya en un 17%.
Pero si tenemos en cuenta que la masa del corazón de los deportistas de alto nivel suele ser mayor en un 20-40%, la intensidad del funcionamiento de las estructuras del miocardio en condiciones de reposos fisiológico resulta disminuida en un 40% y más.
¿POR QUÉ AUMENTA EL TAMAÑO DEL CORAZÓN?
La adaptación más radical del corazón humano se produce cuando su volumen es de 900-950 ml con una frecuencia cardíaca en estado de reposo de 60 pulsaciones por minuto y cuando el máximo consumo de oxígeno es de 4.300 ml.min. Esta adaptación se produce cuando se destruyen las proporciones que suministran un gran ahorro del trabajo cardíaco.
En los deportistas de modalidades que requieren resistencia y que compiten durante mucho tiempo a altos niveles, la hipertrofia cardíaca es menor que en los deportistas que son menos aptos a competir en condiciones de mucha presión de modo estable sometiéndose a un gran agotamiento y a grandes oscilaciones de las posibilidades funcionales.
Ello se debe a que la adaptación óptima del corazón, igual que la de los demás músculos, se desarrolla cuando aumenta la capacidad de los mecanismos intracelulares de la nueva síntesis del ATP y se caracteriza por los grandes resultados funcionales de la adaptación que se combinan con una hipertrofia moderada de los tejidos; es decir que son accesibles a un menor precio estructural.
Por otra parte, la realización de la variante económica de la adaptación se predetermina no sólo por el régimen de cargas, sino también por las posibilidades de adaptación del organismo determinadas genéticamente.
En estado de reposo y bajo la acción de un trabajo físico intenso de la circulación coronaria, el consumo de oxígeno y de sustratos de oxidación por 100 gramos de masa de miocardio en las personas entrenadas es inferior al de las no entrenadas; es decir que el corazón de los deportistas posee no sólo una gran potencia, sino efectividad. Y si en estado de reposo estas diferencias no son importantes, bajo la acción de la carga son evidentes.
ADAPTACIÓN DEL CORAZÓN HUMANO AL EJERCICIO
Numerosos estudios científicos han demostrado que con un mismo trabajo externo, el corazón de las personas entrenadas consume por cada 100 gramos de masa del miocardio 2 veces menos energía que el corazón de las personas no entrenadas.
La hipertrofia cardíaca se acompaña del aumento del volumen sistólico sanguíneo. En la persona no entrenada en estado de reposo puede alcanzar 100-110 ml, respecto a los 60-70 ml de un deportista.
Cuando las cargas requieren una máxima movilización de la actividad cardíaca, el volumen sistólico puede alcanzar los 230-250 ml. Al mismo tiempo, en las personas no entrenadas se observan raras veces valores, con cargas físicas extremas, que superen los 130-140 ml.
Así pues, el flujo cardíaco de las personas no entrenadas aumenta un promedio de 4 veces (de 5 a 18-20 l.mn) y el de los deportistas unas 8-10 veces (de 4,5 a 35-45 l.mn).
El índice más importante, que evidencia la efectividad del nuevo tamaño del corazón, es su resistencia al trabajo duro durante un período prolongado. De este modo, los ciclistas de ruta pueden durante 2 horas y más trabajar con una frecuencia cardíaca de 180-200 pulsaciones por minuto; y un volumen de circulación sanguínea de 35-40 l.
Las personas no entrenadas poseen mucha menos capacidad. Pueden realizar un trabajo de magnitudes extremas o casi extremas de la actividad cardíaca solamente durante 5-10 minutos.