La técnica deportiva para las mujeres no deberá diferenciarse, sustancialmente, de la utilizada, en el deporte de que se trate, por los hombres. Con frecuencia, se expresa la opinión de que las mujeres, como resultado de su menor capacidad de trabajo, no pueden dominar una técnica compleja, por lo que deben aplicar una más simple.
Esta idea es errónea. Las menores posibilidades físicas de las mujeres (que deben ser elevadas) se compensa a través de una técnica más perfeccionada. Las deportistas más fuertes del orbe despliegan con brillantez una elevada maestría técnica.
La técnica en los deportistas jóvenes, en dependencia del deporte practicado, puede tener mayores o menores diferencias con la técnica de los mayores. Hoy en día no cabe duda de que hace falta enseñar a los niños la técnica deportiva desde la edad en que empiezan a desplegar sus fuerzas.
La experiencia de maestros y entrenadores y los datos de las investigaciones científicas demuestran, convincentemente, que el dominio de la técnica elemental puede lograrse ya desde la edad de 7 años. En ciertos deportes desde incluso antes. En estos casos la técnica deberá ser elemental y tener una base correcta.
Junto con el crecimiento del deportista deberá hacerse más compleja la técnica de los ejercicios. Sin embargo, existe la opinión de que en el período de la maduración sexual los adolescentes coordinan peor los movimientos. Las observaciones de los entrenadores y maestros de educación física no confirman esta opinión.
Los adolescentes que participan de forma regular, en sesiones de entrenamientos, no sólo no están por debajo de los niños de menor edad, sino que los superan.
IMPORTANCIA DE LA INDIVIDUALIZACIÓN EN LA TÉCNICA DEPORTIVA
En cada modalidad deportiva debe existir un patrón de la técnica más perfeccionada. Por este ejemplo se debe enseñar al atleta. Sin embargo, sería incorrecto exigirle la realización de una copia exacta de uno u otro movimiento; debido a que las particularidades individuales del deportista no pueden dejar de atribuirle a la técnica algunos rasgos peculiares.
La diferencia en los movimientos que es inherente a determinado deportista está condicionada por diferentes factores internos y externos. La utilización de estas particularidades hacen más efectiva y perfecta la técnica del deportista.
En la técnica de realización de los ejercicios menos complejos, las diferencias individuales son también menos evidentes que en el caso de los más complejos. Estas diferencias aparecen desde los primeros pasos en el dominio de la técnica.
El entrenador debe siempre determinar qué es lo que constituye una diferencia individual en la técnica de sus alumnos y cuándo se trata de una realización equivocada de los ejercicios, como resultado de una insuficiente posesión de la técnica o un mal aprendizaje. Lo mejor es proponer a los alumnos una técnica ya modificada de acuerdo a sus posibilidades y particularidades individuales.
Sin embargo, la experiencia pedagógica muestra que no siempre esto es realizable. La experimentación es el mejor camino para la solución de una determinada cuestión. Lo fundamental en este camino es una cuidadosa consideración de las particularidades individuales del deportista, el establecimiento de las variantes posibles y la valoración de sus resultados.
En conclusión, las diferencias individuales en la técnica perfeccionada son diferencias de estilo. Mientras más perfeccionada sea la técnica de los deportistas menores serán sus diferencias.