Antes de empezar un plan de entrenamiento, sea en el campo que sea, debes tener muy en cuenta que necesitas visitar a tu médico de confianza para hacerte una revisión general y que sea el propio doctor el que te dé permiso para llevar a cabo los diferentes ejercicios que te esperan.
Lo mismo que, si estás embarazada o tienes diabetes, osteoporosis, presión arterial alta, colesterol alto, artritis, anorexia-bulimia, epilepsia o cualquier otra enfermedad, o te has sometido a una intervención quirúrgica, no sólo debes tener la autorización médica, sino que, obtenida ésta, debes llevar un seguimiento médico durante todo el proceso. Además, si tu Índice de Masa Corporal (IMC) es mayor de 30, es necesario que pierdas peso antes de someterte a un plan de entrenamiento avanzado. Y si tu IMC es inferior a 20 antes de empezar, o lo rebasas durante entrenamiento, vuelve a consultar con tu médico.
Por supuesto, si durante la ejecución de algún ejercicio sientes dolor, mareos o malestar, debes dejarlo inmediatamente en seguida y consultar con una profesional cualificado, sea doctor, fisioterapeuta o entrenador. Con toda esta serie de advertencias ¡no quiero que te asustes! Para nada. Lo importante es que el plan de entrenamiento sea seguro, y con todo esto no estoy más que dándote unos consejos válidos a la hora de hacer cualquier tipo de práctica deportiva. No es más ni menos que la plasmación de aquello tan viejo pero tan cierto de «más vale prevenir que lamentar». Todo sea para ahorrar sustos, por el bien de tu salud y por el mejor aprovechamiento de ese tiempo que quieres dedicar al deporte y a ponerte en forma.
La respuesta a esta pregunta es demasiado fácil: ¡todas! Nunca sé es lo demasiado viejo, ni lo demasiado joven para iniciar un plan de entrenamiento. Eso sí, si estamos hablando de un entrenamiento intenso, no es tan importante la edad como las condiciones físicas iniciales. Pero por fijar edades concretas, debes estar entre los 18 y los 60 años si llevas un ritmo de vida activo. Pero, si tienes más de 50 años es necesario un permanente seguimiento médico durante todo el proceso. Si eres sedentario, la edad máxima es de 50 años.